Tegucigalpa – Únicamente la revisión de los contratos a la baja y la reducción de las pérdidas técnicas constituyen las dos líneas que deben ser enfrentadas con urgencia para en el inicio de la ruta para buscar una salida a la crisis que enfrenta la ENEE.
-La crisis financiera de la ENEE ha llevado a que el gobierno no pueda firmar con el FMI un convenio.
La agonía de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) se debe enfrentar con dos medidas prioritarias a corto plazo, además de otras a largo plazo, pero en estos momentos se requieren implementar las dos acciones a fin de aliviar su crítica situación financiera, coinciden expertos en la materia que conversaron con Proceso Digital.
La empresa estatal enfrenta un problema severo financiero, además de pérdidas en la distribución de la energía, lo que le dificulta más hacerle frente a sus obligaciones de pago, así como satisfacer a los consumidores.
La gravedad del problema se ha acumulado a lo largo de varias administraciones, y las diversas iniciativas para llevar una solución duradera a la empresa eléctrica no han sido efectivas.
Tal es la gravedad del problema de la ENEE, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha iniciado negociaciones para un acuerdo con el gobierno a la espera de que le presenten un plan viable y efectivo que permita resolver la crisis de la institución.
Y es que el Fondo ha tenido en la mira la situación financiera de la ENEE, de manera que ha sido motivo para que la incluyera en los comunicados emitidos el 2018 (12 abril y 16 de noviembre), cuando sus misiones hicieron revisiones del Artículo IV y luego una evaluación de la economía nacional.
El 12 de abril, la misión del FMI escribió en su comunicado final que comparte con el gobierno la “adopción de un plan integral para asegurar la solidez financiera” de la ENEE”.
En noviembre de 2018 el comunicado de la misión del FMI decía “se están implementando medidas para contener la situación financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica”.
Y por situación financiera de la ENEE se entiende la deuda que mantiene la empresa de más de 50,000 millones de lempiras con los generadores y otros proveedores.
Además la empresa no tiene capacidad de cobrar todo el dinero por la energía despachada, ya que mucha se pierde en la transmisión por las llamadas pérdidas técnicas y otras simplemente porque no puede llegar a medir y cobrar en sectores llamados calientes.
La situación de la empresa eléctrica se mantiene el 2019, pero el gobierno tomó la decisión de designar al embajador Marlon Tábora como coordinador del Gabinete Económico a cargo de elaborar un plan que permita la solución a la crisis financiera, así como al problema de suministro de la misma.
Una de las primeras medidas de Tábora fue suspender una licitación de 240 megawatts, que estaba prevista que se llevara a cabo esta semana, a fin de conocer primero los alcances de la misma y como impactará en las finanzas de la empresa, que actualmente no está en capacidad de pagar sus compromisos, como manifestó en una entrevista a Proceso Digital.
Tarifas y EEH
Para el experto en temas energéticos Luis Consenza, las primeras medidas que debe adoptar la actual administración en el caso de la ENEE es renegociar los contratos de suministro de energía y el de la Empresa Energía Honduras (EEH).
Conseza, que se desempeñó como coordinador del Gabinete Económico en el gobierno del expresidente Ricardo Maduro (2002-2006), dijo a Proceso Digital que los contratos de suministro, “particularmente los de energía renovable cuyo precio exceda doce centavos de dólar por Kwg” deben ser renegociados.
Igualmente recomendó que el contrato con EEH también sea renegociado, tanto los contratos de suministro como el de la empresa comercializadora deberían tener reducciones a más o menos el 50 por ciento de su valor actual.
Cosenza también señaló que otra medida a implementar por el gobierno para solventar la crisis de la ENEE es la reducción de las pérdidas eléctricas a un 15 por ciento.
Justamente la EEH es la empresa contratada para reducir las pérdidas eléctricas, así como lograr la recaudación de la facturación emitida a los consumidores.
Amenaza
Para el economista Julio Raudales, la ENEE es desde hace años “la más grande amenaza a la estabilidad económica de Honduras”, ya que multiplicaría los actuales retos como desempleo, inseguridad y vulnerabilidad a desastres naturales, de llegar a colapsar el ente estatal.
Raudales dijo que el perjuicio de la ENEE hacia la economía nacional se transmite por dos vías directamente, la fiscal, ya que la brecha que tiene se debe cubrir con tributos y el incremento de los costos de los sectores productivos, debido al elevado previo del kilovatio.
El daño fiscal se ve reflejado en el plan de salvataje del gobierno que en los últimos dos años sumó casi 20,000 millones de lempiras, casi 2 puntos del producto interno bruto (PIB) por año, señaló Raudales.
El expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE) dijo que en los costos de producción, el reporte del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) señaló que la principal caída en el ranking de competitividad que ha tenido Honduras n los últimos años se debe fundamentalmente a los costos de energía.
Raudales destacó que los problemas de la ENEE impiden una mejora en la prestación de servicios, por lo que Honduras es el país con los mayores problemas de cobertura de energía eléctrica en Centroamérica.
Generación
Aunque la ENEE suspendió la licitación de los 240 megawatts, los conocedores de la industria eléctrica y los datos del Departamento de Planificación de la misma señalan que no está comprometido el suministro para los próximos años.
La energía a licitarse está programada para que estar en servicio entre 2021-2022, ya que actualmente la producción eléctrica satisface las demandas requeridas por los consumidores.
Datos de la ENEE señalan que hay disponibilidad de 1,800-1,850 megawatts y que la demanda de la misma oscila entre 1,600-1,650 megawatts, lo que permite que exista la diferencia de 100-200 megawatts que se necesita en el sector para asegurar el suministro.
Además está pendiente que a finales de año o inicios del 2020 entre en operación la represa de Patuca III con una capacidad de 104 megawatts.
Lo anterior le permite al gobierno un respiro y con ello tomar las medidas que considere necesarias para hacer frente a la crisis financiera y que la ENEE tenga la capacidad de pagar la deuda a sus generadores, así como cobrar la factura extendida a los consumidores.