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Reformas electorales, a medias, ante nueva configuración política en el Congreso

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Tegucigalpa.- Las pasadas elecciones generales de noviembre 24 que dieron como ganador de los comicios a Juan Orlando Hernández por el gobernante Partido Nacional (PN), al parecer aceleraron, aunque a medias, el camino para las inconclusas reformas electorales que desde los acuerdos políticos electorales de 2001 se vienen impulsando en Honduras, máxime ahora que se reconfiguró el sistema de partidos políticos.
 

El primer susto para intentar aprobar estas reformas a mediados del 2014 según los diputados que trabajan en el dictamen, lo ha llevado el partido de gobierno que si bien retuvo el poder de la nación, no fue suficiente para mantener el control en el parlamento donde el poder fue cedido por el pueblo a la oposición en la figuras de los partidos Liberal, PAC y Libre.

Ese factor descolocó a la clase política del nacionalismo, de donde surge ahora la propuesta de las reformas electorales que en los últimos cuatro años se resistió a aprobar pese a un proyecto de ley muy amplio enviado por el Tribunal Supremo Electoral.

El Partido Nacional pondrá a prueba en el parlamento su poder de convencimiento, diálogo, negociación, construcción de consensos e incluso tolerancia ante la diversidad de pensamientos y posiciones que se avecinan, unas más dispuestas a la alharaca, otras al diálogo y al impulso de reformas, otros tanto queriendo sacar provecho de lo que está en juego en la elección de cargos de segundo grado que se avecina y otros más sin saber cómo ubicarse en el papel de opositores o de adláteres del poder.

Mientras, tres diputados de igual número de partidos disminuidos en su caudal electoral como son el Pinu, la Unificación Democrática y la Democracia Cristiana, ya sin el poder del contrapeso de antes, decidirán si en ese abanico que será el congreso multicolor, ellos se vuelven los veedores de los opositores y del partido en el poder.

Reformas para gobernar

Es precisamente ese escenario no tan previsible como parece, el que lleva a los nacionalistas de la mano de su jefe de bancada, Celin Discua, a mocionar para introducir el tema de las reformas electorales, el cual encuentra eco en el parlamento y ya una comisión de dictamen trabaja en los lineamientos sobre los cuales iría la misma.

Antonio Rivera, diputado nacionalista y coordinador de la comisión de dictamen, es del criterio que el espíritu que persigue a las reformas electorales es generar gobernabilidad por tres años al nuevo gobierno y no comenzar los sobresaltos de la campaña electoral al segundo año de instalada una administración gubernamental.

También dar respiro a los partidos políticos, en especial a aquellos que se someten a elecciones internas y primarias, pues ha quedado demostrado que al menos en el bipartidismo que conforman los nacionalistas y los liberales, las heridas quedan a flor de piel después de los comicios internos y primarios, generando un desgaste cuando se producen las elecciones generales.

En este aspecto y antes que la comisión de dictamen conformada para trabajar las reformas diera su propuesta, la diputada nacionalista Wesly Vásquez, se adelantó y presentó un proyecto de reformas que va orientado a practicar en un mismo año las elecciones internas, primarias y generales, aprobar la figura de la elección de diputados por distrito y los llamados diputados nacionales o departamentales.

También la aprobación de la figura de la segunda vuelta o el balotaje para decidir una elección presidencial cuando ésta se vuelve muy cerrada y no se gana por la mitad más un voto.

Distritos y Diputados Nacionales

Rivera, de la comisión dictaminadora de las reformas, dijo que hasta ahora solo hay ambiente entre los congresistas, en especial los liberales, para acompañar la propuesta de aprobar en un solo año las elecciones internas, primarias y generales, pero que no están muy convencidos de apoyarlos en cuanto a los diputados por distritos y los nacionales o departamentales.

“Los amigos del partido Liberal aparentemente no quieren acompañarnos en esta reforma, ellos manifiestan que en el caso de los diputados por Distrito, esto se presta a que dinero mal habido o dineros del crimen organizado puedan financiar a un candidato a diputado y que no es lo mejor para el sistema democrático hondureño. Yo lo que les digo a ellos es que el mismo riesgo hay actualmente en las elecciones por Departamento que en las elecciones por Distrito”.

“El Partido Liberal no nos quiere acompañar en esto, solamente con lo de la fecha de las internas y las generales, y esta es una reforma que ocupa dos terceras partes, he estado platicando con mucho diputado liberal y ellos me lo dicen, estamos en eso, viendo cómo llegamos a acuerdos y consensos”, dijo Rivera a la prensa local.

“Toño”, como se le conoce popularmente, explicó que en el caso de los diputados por Distrito, esta figura busca hacer más cercana la campaña a los aspirantes a diputados con su comunidad o cercanía poblacional, pues resulta ilógico que un diputado por Francisco Morazán represente a todos los municipios, barrios y colonias que le conforman, incluyendo la capital.

La propuesta es que el Tribunal Electoral defina los distritos electorales en base al censo y así se indique las zonas que disputarán los aspirantes, lo cual también les ahorraría costos en las campañas y la representatividad sería más democrática, pero no hay un ambiente favorable al respecto, en especial en los llamados partidos emergentes como la DC, la UD y el PINU e incluso los mismos liberales, se asegura.

Mientras que la figura de los Diputados Departamentales o Nacionales no ha gustado tanto en cuanto serían nominados de dedo por el candidato presidencial de un partido y se votaría bajo la papeleta presidencial, igual que como se hace para elegir los diputados al Parlamento Centroamericano.

Esto ha sido interpretado como el hecho de dar a un Presidente la conformación de una importante bancada de obediencia más que absoluta y ello estiman los analistas e incluso varios diputados que no es bueno para la democracia, al contrario, lo ven como un retroceso en el sistema político hondureño.

Osmán Aguilar, diputado por el Partido Liberal, dijo que si bien las grandes líneas de las reformas llenan muchas expectativas, nada podrá ser efectivo si no se pasa por una revisión también al techo del gasto y el financiamiento de las campañas políticas.

Aguilar expuso que en este reciente proceso hubo candidaturas a diputados que tuvieron un gasto publicitario similar o mayor al de un candidato presidencial y si esa tendencia persiste, “aquí habrá dos tipos de diputados: los que pone el partido en el poder y se financia con gasto público y los que pone el crimen organizado”.

Ese riesgo, aseveró el parlamentario, debe ser eliminado para que todos los que aspiren a un cargo público lo hagan en igualdad de condiciones y con equidad en los recursos.

Las reformas electorales deben contemplar, además, el nuevo rol que darán al Tribunal Supremo Electoral para despolitizarlo de una vez o terminar de politizarlo dando un magistrado a cada uno de los partidos ahora representados en el sistema político.

La entrega de credenciales, el manejo de las mesas electorales, la depuración del censo electoral, la despolitización del Registro Nacional de las Personas, son otros de los elementos a considerar en este paquete de reformas electorales.

Pero estos dos aspectos no han sido contemplados en el proyecto nacionalista, que dice estar consciente que lo mejor es una nueva ley electoral pero que no les alcanza el tiempo, pues deben sacar esto en las próximas dos semanas y como no saben cómo va pintar el próximo congreso, no quieren arriesgar tanto y prefieren hacer ahora los cambios que tengan que hacer.

En el caso de las elecciones primarias e internas, uno de los nuevos partidos que ya vio el desgaste de las internas y primarias es Libertad y Refundación (Libre), quien en su última asamblea acordó que no habrá espacio a corrientes internas hasta después de dos años, a fin de evitar campañas prematuras que puedan dividir a ese partido, cuya pérdida ha comenzado a generar inconformidad entre sus simpatizantes que claman ya cambio de directriz en el partido.

Esta semana, qcuando el paquete de reformas electorales esté concluido se sabrá si las mismas apuestan a profundizar los cambios necesarios en el nivel político partidario y el sistema político hondureño, o por el contrario, buscan reconfigurar un nuevo status quo sin democratización ni modernización en la clase política partidaria, la élite gobernante y la élite en la oposición.


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