Tegucigalpa – Enunreflexivo mensaje dirigido al pueblo hondureño, el arzobispo de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher Tatay, expresó su profunda preocupación por el rumbo del país y reiteró la invitación a la oración y esperanza.
– “El poder de Honduras está en el pueblo. Así lo establece claramente nuestra Constitución”, subrayó.
– El pueblo hondureño es esencialmente unido y que cualquier intento de división o desconfianza debe encender las alarmas, dijo monseñor.
“¿Hay algún hondureño que no esté en este momento preocupado y angustiado por el destino de Honduras?”, preguntó el prelado durante una conferencia de prensa ofrecida en la capital. Su intervención hizo un fuerte llamado a la unidad, al respeto entre los ciudadanos y, especialmente, a la responsabilidad de quienes aspiran a cargos públicos.
“El poder de Honduras está en el pueblo. Así lo establece claramente nuestra Constitución”, subrayó e instó a los candidatos a demostrar desde ya que son dignos de la confianza ciudadana. “Si no son capaces de un mínimo respeto y entendimiento previo, entonces surgen muchas interrogantes. No nos toca responderlas a nosotros, sino a los ciudadanos que los han postulado con esperanza”, sostuvo.
Nácher elogió el valor de quienes han dado un paso al frente como candidatos, pero les recordó que la nobleza de su decisión debe ir acompañada de señales claras de madurez política. “Deben empezar ya a demostrar que están a la altura del compromiso que han asumido”, advirtió.
Afirmó también que el pueblo hondureño es esencialmente unido y que cualquier intento de división o desconfianza debe encender las alarmas. “Cuando alguien —cualquiera que sea— quiera dividirnos o sembrar desconfianza, tenemos que detenernos y pensar bien qué está ocurriendo”, dijo.
Monseñor Nácher insistió en que la Iglesia no pretende dar todas las respuestas, sino invitar a la reflexión profunda, especialmente a quienes profesan la fe cristiana. “Convocamos a caminar juntos, en paz y en esperanza. Eso es lo que hoy queremos transmitir a toda Honduras, porque estamos convencidos de que la inmensa mayoría de hondureños desea una patria de justicia, libertad, unidad, desarrollo y respeto”, enfatizó.
Finalmente, reiteró que la caminata de oración, que se realizará en diversas ciudades del país el 16 de agosto, busca ser una expresión pacífica de fe colectiva en tiempos de tensión política y social. Finalmente, el arzobispo extendió una bendición especial “en nombre propio y del pastorado” a todo el pueblo hondureño. LB