Tegucigalpa.- De hablar suave y pausado, el doctor Ramón Villeda Bermúdez, fue sorprendido por la parca a los 75 años de edad, muchos de los cuales estuvieron marcados por su faceta como aspirante político a la presidencia de Honduras, diputado, funcionario público, el ejercicio privado de la medicina veterinaria, su pasión por la pintura y su paso por los medios de comunicación social como Director, caricaturista, escritor y columnista.
Villeda Bermúdez fue un hombre de mucho dinamismo que acompañó, denunció y contribuyó al fortalecimiento democrático en el país. Quienes le trataron señalan que en el orden político, fue un hombre que supo llevar y poner en alto el nombre de su padre, el extinto y derrocado ex presidente de Honduras, Ramón Villeda Morales.
Ramón Villeda Bermúdez, más conocido como “Raviber” fue un hombre que “dio nivel a la política, un personaje que mostró una gran clase en el manejo de las relaciones políticas, elevando el nivel de las elites políticas, prestigiándola con propuestas de altura y un respeto profundo a sus adversarios”.
Así se expresa el ex director de la Escuela de Periodismo de la UNAH y ex corresponsal de prensa internacional, el periodista Juan Ramón Durán, al indicar que Raviber no fue un hombre confrontativo, todo lo contrario, fue “un político honesto que contribuyó a la evolución política y pacífica de la Nación, así como al restablecimiento del sistema democrático”.
Para el hondureño, Emilio Guerrero, quien reside en Canadá, Ramón Villeda Bermúdez, fue un hombre de fuertes convicciones demócratas que “enarboló el arma del carbón” para combatir la dictadura que derrocó a su padre, el otrora líder del Partido Liberal, el ex presidente Ramón Villeda Morales.
En un correo electrónico, Guerrero dijo “estar honestamente triste, muy triste. Con él se fue parte de mi juventud y parte de este medio día de vida”. Relata cómo, pese las divergencias, mantuvieron una relación estrecha, al grado que destaca la “unión” que entre ambos efectuó la red de redes, Internet.
“El golpe de Estado de 2009 nos abismó…nos disgustamos (…) pero continuamos insistiendo en nuestra platónica amistad desde otros perímetros y nos soportamos”, escribe Emilio Guerrero, con mucho pesar por la pérdida de su amigo.
En su paso por los medios de comunicación, recuerdan que Ramón Villeda Bermúdez, en los años ochenta, no dudó en ofrecer su casa como asilo momentáneo, mientras gestaba su salida del país, a varios periodistas amenazados e intimidados por las fuerzas del orden, en este caso los militares. Villeda Bermúdez fue director del diario La Prensa que se edita en San Pedro Sula y sus últimos años los pasó como columnista del diario capitalino La Tribuna.
Otros periodistas recuerdan su solidaridad, nunca les negó una entrevista, su fineza en el trato, su bagaje cultural y sus anécdotas como diputado en el Congreso Nacional. Asimismo, resaltan su fina ironía como articulista.
En el medio de la caricatura, Villeda Bermúdez se le considera como uno de los clásicos de esta área de la Comunicación. Se le consideró el sucesor del gran caricaturista hondureño, Hermes “Mito” Bertrand Anduray, al señalar que logró desarrollar una suspicacia y una ironía muy fina.
Precisamente, a Raviber se la achaca la creación del personaje “Juan Pueblo”, al cual dio vida, cuando su familia fue enviada al exilio y plasmando en el dibujo a un campesino de sombrero de paja, flaco, desgarbado, un minúsculo bigote, pantalones remendados y caites, “Juan Pueblo” fue la voz de la denuncia contra la opresión del momento.
Otra de las ramas menos conocidas por la población, fue la pasión de Raviber por la pintura, algunos de cuyos cuadros fueron parte de una exposición hecha por las autoridades del Banco Central, en un homenaje a este ilustre hombre de las letras y la política.
Su trayectoria política lo llevó a ocupar muchos puestos en la administración pública, incluyendo una precandidatura presidencial por el Partido Liberal. El trato político que dio a sus opositores nunca fue de gritos ni zancadillas, fue un hombre que practicó la “ética en la política”, opinan quienes le trataron.
Ramón Villeda Bermúdez, además de diputado, fue también secretario de Recursos Naturales, así como titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Al momento de su muerte, fungía como uno de los Directores del Banco Central de Honduras.
Con su partida, comienza a cerrarse un ciclo de la memoria en la historia política y cultural de Honduras.