“Nunca ha sembrado un grano de maíz, ni sabe de la tierra” dicen sus opositores, él, sin acalorarse reconoce que apenas tiene una parcela pequeña en la que cultiva fresas.
Es el dirigente campesino Rafael Alegría. Nos recibió en su oficina de Tegucigalpa, la capital hondureña. En el modesto espacio, cuelgan de las paredes las fotografías en las que aparece junto a los líderes latinoamericanos Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), el ex presidente cubano Fidel Castro y el subcomandante Marcos, entre otros.
Alegría es precandidato a diputado por Francisco Morazán en el movimiento Frente de Resistencia Popular (FRP) del Partido Libertad y Refundación (Libre).
Su nombre, ligado a las luchas campesinas, tomó mayor fuerza este octubre, tras conocerse públicamente presuntas amenazas contra su vida.
Pese al presunto plan para matarlo, Alegría aseguró que no está dispuesto a abandonar el país y parafraseando una popular expresión dijo que “yo aquí nací, aquí crecí y aquí voy a morir, espero que no se concreten estas amenazas, hemos tomado las precauciones debidas, ya que como comprenderán llevo días de estar en la semiclandestinidad, vamos a mantener esas medidas y vamos a esperar que el gobierno nos informe que dicho plan ha sido desarticulado y que tenemos plena garantía de mi vida”.
“Creo que el gobierno sabe perfectamente bien de donde vienen, y quiénes lo están planificando, sé que el Estado sabe, porque ellos mismos nos están informando de que tienen pleno conocimiento y que la fuente es confiable”, sostuvo Alegría.
Una desfasada computadora yace al costado de su escritorio, mientras refiere que apenas puede revisar el correo electrónico. “Los tiempos han cambiado mucho y tenemos que conocer herramientas tecnológicas”, dice aunque reconoce que es poco el provecho que puede sacar a la era digital.
Para el dirigente campesino, la Iglesia Católica de los 70 era más beligerante y estaba a disponibilidad de los pobres. “En aquellos tiempos hasta el sermón y la homilía estaba a disposición de los pobres”, recalca.
Alegría dice que su único patrimonio es un cuarto de tierra y el salario que devenga en Vía Campesina. No tiene propiedades, ni fincas como algunos aseguran y reta a que lo investiguen.
Ahora del grupo político del ex presidente Manuel Zelaya, Alegría indica que si bien el padre de Zelaya tuvo que ver en la matanza de Los Horcones y Santa Clara, en el valle de Lepagüare, considera que Zelaya y su esposa, Xiomara Castro, son la salvación de Honduras.
Busca volver al Congreso, esta vez con Libre
Narra que en Olancho vivió una dura represión que no le permitió estudiar de noche. Luego había que combinar la lucha social con la posibilidad de estudiar. “Siempre quise estudiar para ayudar a los campesinos, eso me llevó a abandonar por 10 años la Universidad, estudié a los 20 años en un colegio nocturno de Juticalpa”, refirió. Aunque es abogado de profesión, asegura que no ejerce por el tiempo que tiene que dedicarle a la lucha campesina. Ante las críticas de quienes señalan que se aprovecha del movimiento campesino para viajar alrededor del mundo, Alegría expresa que “más bien se deberían sentir honrados porque un simple hondureño pobre que viene de abajo logre una posición a nivel mundial para ayudar a los campesinos del mundo”. Añoró la década del 70 y el compromiso de la Iglesia Católica con los pobres al señalar que fue fundamental para colocar los cimientos de la Reforma Agraria en Honduras. Rafael Alegría comenta que en la lucha campesina hondureña “han habido muchas conquistas, desde aquella época hasta ahora hemos conquistado entre 400 a 500 mil manzanas de tierras con las que muchos campesinos constituyeron sus empresas y ahora son un emporio económico: Hondupalma, Coapalma, entre otros”, detalló. Su liderazgo lo llevó en los noventa a entrar en la política con el partido de izquierda de Unificación Democrática (UD) de donde fue diputado y ahora buscar volver al hemiciclo legislativo, esta vez con Libre. “No me cabe duda que estamos ante la posibilidad real de que Libre pueda llegar al poder con Xiomara Castro”, afirmó. En la UD fue por mucho tiempo un hombre clave que movía los hilos tras el poder junto al grupo de César Ham, con quien luego de tener una entrañable relación político-ideológica y partidaria, ahora se distanció por diferencias de enfoque, dicen sus allegados. |
Sembrador de fresas
Alegría reside en Tegucigalpa e integra una cooperativa llamada “Bellavista Limitada”. “He invitado a varios periodistas a mi cooperativa, pero es una cooperativa pequeñita que tiene 30 manzanas de tierra, de las que 15 son de bosque. Las manejamos muy bien y está ubicada en la comunidad de Jutiapa, en el parque de amortiguamiento La Tigra”, reveló. “Son 15 manzanas de producción para 11 familias” -prosiguió- “producimos nada más fresas y hortalizas; las mujeres producen flores y de vez en cuando frijoles con algunas porciones de maíz”. Acotó que “mi patrimonio es un cuarto de tierra y el salario que devengo en Vía Campesina, no tengo otros bienes, sino que me investiguen”. |
Lucha agraria se transforma
Sobre las ventajas que les ha representado que César Ham esté frente al Instituto Nacional Agrario (INA), aseguró que han sido pocas porque el tema de la Reforma Agraria no se resuelve con un director del INA, se requiere de una política de alto nivel. “No dudo que César Ham pueda tener voluntad a favor de la Reforma Agraria. El mantiene una posición firme contra Miguel Facussé y a favor del MUCA (Movimiento Unificado Campesino del Aguán), pero le militarizan el INA”, recalcó. |
Más amigo de Lobo que de Zelaya
Se refiere a la masacre de Los Horcones y Santa Clara en donde varios campesinos y religiosos fueron asesinados por militares y terratenientes por luchas de tierras. El hecho fue considerado como una abominable acción feudal. Seguidamente, añadió que “a Xiomara Castro no la he tratado mucho y es cierto que su padre trabaja con Miguel Facussé, pero creo que ella está convencida que es necesario hacer cambios estructurales en el país”. Sobre el paradero de los 100 tractores que donó Venezuela a la administración de Manuel Zelaya, dijo que 95 de ellos están en manos de campesinos en el Centro de Mecanización Agrícola (CMA). Concluye así el diálogo con Rafael Alegría, un dirigente campesino que apuesta por la refundación de Honduras y la aspiración de ver un día la llegada del movimiento social y popular al poder. |