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¿Qué revelaciones nuevas se esperan del asesinato del presidente Kennedy en 1963? Interesa saber los contactos de Lee Harvey Oswald con la embajada soviética en México

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Análisis de Alberto García Marrder / Especial para Proceso Digital

Han pasado ya casi 60 años del asesinato en Dallas (Texas) del presidente norteamericano John F. Kennedy y aún prevalecen las dudas y las incógnitas: ¿el asesino, Lee Harvey Oswald actuó solo? ¿O todo fue parte de una conspiración?

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de autorizar -con cinco años de retraso- la revelación pública de 13,173 documentos que se mantenían bajo secreto en los Archivos Nacionales sobre aquel día tan trágico que sacudió a ese país y al mundo entero: 22 de noviembre de 1963.

Hagamos una breve historia de ese día: Kennedy y su esposa, Jacqueline Kennedy, visitaban Dallas y recorrían el centro de la ciudad en un Lincoln X-100 descubierto sin techo, con el gobernador de Texas, John Connally y su esposa. Al pasar por la Plaza Dealey, Oswald desde una ventana del sexto piso de un edificio que era almacén de libros disparó tres tiros de un fusil Carcano M91/38 de mira telescópica y de fabricación italiana. El tercer disparo rompió el cerebro del presidente, quien murió minutos después a los 46 años. Connally resultó herido de gravedad, pero sobrevivió.

Una investigación presidida por el magistrado y presidente de la Corte Suprema, Earl Warren, concluyó que Oswald, un ciudadano americano, ex soldado Marine y activista comunista que había vivido en la Unión Soviética, actuó solo al disparar contra Kennedy.

Fotos del detenido Lee Harvey Oswald, que dos días después estaría muerto. (Foto Policía de Dallas.Via Getty Images-Archivo Hulton).

Pero esta investigación ha sido criticada por muchos años por los historiadores por “incompleta”.

Oswald fue asesinado dos días después de Kennedy, en los sótanos de la sede de la policía cuando era trasladado a una prisión, por un mafioso local, Jack Ruby, alimentando las teorías de una conspiración y las dudas de que si actuó o no solo.

Años después, cuando le preguntaron al ex gobernador Connally si creía que Oswald les había disparado, contestó: “Absolutamente no, no creo ni por un segundo las conclusiones de la Comisión Warren”.

Unos 3,000 documentos seguirán bajo custodia y en secreto, “por motivos de seguridad”, que yo deduzco que se hace para no dejar más en ridículo a los servicios de seguridad de entonces, inoperantes a todos los niveles. Especialmente la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que tenía ya fichado a Oswald, por sus conexiones con la Unión Soviética, pero no lo tenía controlado en Dallas, donde vivía con su joven esposa rusa, Marina Nikolayeuna Prusakova. Y la inepta policía local, que permitió que paseara el presidente por la ciudad en un auto descubierto, sin techo protector y el por el posterior y grotesco asesinato de Oswald.

La foto cuando el mafioso, dueño de un cabaret local, Jack Rubin mata a Oswald. La foto original en blanco y negro es de Bob Jackson, del diario Dallas Times Herald, que ganó al año siguiente el Premio Pulitzer por esta foto. La coloreó años después, la artista brasileña Marina Amanal. 

Se estima que se tardará, por lo menos, unos seis meses, en revisar esos 13,173 documentos, pero yo ya he visto uno que me ha llamado la atención y es un documento de la CIA de 1963: Esta tenía interceptadas las llamadas de la embajada soviética en la Ciudad de México, con el permiso personal del presidente del país entonces, Adolfo López Mateos, (1958-1964) y sin el conocimiento de sus servicios de seguridad.

Registra, según un informe “Top Secret” de la CIA, dos semanas después del asesinato de Kennedy, dos visitas de Oswald al Consulado de México a finales de septiembre del 1963 y varias llamadas, hablando en un ruso malo, para indagar si le había dado ya un visado para él y su esposa para viajar de regreso a Moscú vía Cuba. En el Consulado de Cuba le decían que no le podían dar un visado de tránsito hasta que no tuviera una visa soviética.

El mismo informe de la CIA califica de un “aspecto siniestro” el hecho que Oswald fuera recibido personalmente por el Cónsul soviético de entonces, Valery Vladimirovich Kostikov, quien era conocido como un destacado miembro de la KGB (la agencia soviética de inteligencia) y del más que siniestro Departamento 13, encargado de sabotajes y asesinatos políticos.

La pregunta sin respuesta: ¿Por qué un cónsul soviético se molesta en recibir a solas a un americano que solicita una visa? Oswald desertó en 1959 y regresó a Estados Unidos, ya casado con una rusa en 1962.

Tras el asesinato de Kennedy, su vicepresidente, Lyndon B. Johnson toma posesión como nuevo presidente en el avion presidencial que lleva su cuerpo a Washington. Como testigo, la viuda, Jacqueline Kennedy, con su traje rosado todavía manchado con la sangre de su esposo. (Foto Cecil Stougton-White House Photo).

Entre las teorías conspiratorias más extravagantes es la que se refiere a Howard Hunt, ex miembro importante de la CIA. Este confesó, según Wikipedia, en su lecho de muerte, en 2007 a los 88 años, y según uno de sus hijos, que el presidente tejano Lyndon B. Johnson habría sido el autor intelectual del asesinato, “ansioso de conseguir el poder tras dos años como vicepresidente y viendo como las posibilidades de suceder a Kennedy eran muy pocas”.

El asesinato, según Hunt, habría sido planificado por ciertos agentes de la CIA, que estaban en contra de Kennedy como el propio Hunt o Cord Meyer, cuya esposa, Mary Pinchot Meyer, tenía un amorío con Kennedy (una de muchas). Esta fue asesinada, en 1964, en Washington de una forma muy misteriosa, como “para callarla”.

(Hunt, como Jefe de Estación de la CIA en Uruguay y México, estuvo involucrado en el golpe contra Jacobo Arbenz en Guatemala, la Invasión de Bahía Cochinos en Cuba: Y años después, en el escándalo Watergate que tumbó al presidente Richard Nixon).

Mi conclusión final: no esperemos mucho de esos 13,173 documentos “Top Secret”. Lo importante está en esos 3,000, que aún continúan bajo secreto, bajo el pretexto de siempre: “por razones de seguridad nacional”.

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