Tegucigalpa – Luego que lo exigieran familiares de privados de libertad y organismos de derechos humanos, la mañana de este lunes, equipos de la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central, realizan pruebas masivas de COVID-19, a los custodios, personal administrativo y a la población penitenciaria de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto y en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), ambos localizadas en la aldea de Támara Francisco Morazán.
-Según los reportes del Sinager, en la Penitenciaría Nacional ya hay 120 casos confirmados de COVID-19.
-El médico internista Elvin Omar Videa, estima que fácilmente ya hay 500 casos positivos en esa cárcel.
Según se conoció, se realizan pruebas rápidas y pruebas PCT en tiempo real a quienes conviven en ambas cárceles, luego que las estadísticas del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), reportara que los casos confirmados en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, ascienden a 120 confirmados.
El jefe de la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central, doctor Harry Bock, indicó que el caso de la Penitenciaría Nacional es muy especial y se ha venido articulando un trabajo con las autoridades de la cárcel y sólo en un módulo de seguridad mínima se han tomado 340 muestras de las cuales 225 corresponden a privados de libertad y el resto al personal administrativo, médicos y agentes de la Policía Militar.
Detalló que en ese módulo de seguridad mínima es donde hay 111 privados de libertad que han dado positivo a la prueba de coronavirus de los cuales algunos ya están recuperándose y otros recibiendo el tratamiento MAIZ.
Bock precisó que hasta el momento en la Penitenciaría Nacional se han tomado 470 muestras entre el módulo de seguridad mínima así como en la clínica y ya se está ingresando al módulo de Casa Blanca.
Sobre el caso de la cárcel de Támara, el médico internista Elvin Omar Videa, indicó que en sitios de confinamiento como los asilos y centros penales se corre un alto riesgo de la propagación del virus una vez que se detecta un caso, y en ese sentido, la probabilidad de que los casos sigan aumentando es alta.
En ese sentido, considera que se debe garantizar el grado mínimo de distanciamiento para evitar que esa propagación siga y contemplado ya está en el manejo ambulatorio de la Secretaría de Salud el poder dar y administrar tratamiento a las personas que han tenido contacto con casos de individuos que ya han sido confirmadas, pese a no tener exámenes y no tener síntomas.
Videa indicó que reducir la población penitenciaria es sumamente complejo y lo que se debe esperar es que los casos van a seguir incrementándose ya que hay una población que está incubando el virus y que, en determinado momento, según su sistema inmunológico seguirán saliendo más casos positivos.
En ese sentido, considera que es importante que se puedan hacer pruebas masivas porque es una población que está bien identificada porque está recluida, confinada en un sitio y habrá que hacerle las pruebas en los módulos donde los internos han tenido contacto directo con casos confirmados para rápidamente identificarlos e iniciarles un tratamiento.
Indicó que según las estadísticas, si se estima que por cada caso confirmado hay 10 contagios, pudiesen haber mil 200 sospechosos y con la tendencia que existe que es de un 30 por ciento de positividad en las personas que se realizan la pruebas, fácil se podría estar llegando a los 500 casos.