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Proponen sistemas de cuidados ante las desigualdades acentuadas por el COVID

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Tegucigalpa – Desde antes de la pandemia, las mujeres en América Latina y el Caribe dedican el triple de tiempo que los hombres al trabajo de cuidados no remunerado y esta situación se ha visto agravada por la creciente demanda de cuidados y la reducción de la oferta de servicios causada por las medidas de confinamiento y distanciamiento social adoptadas.  

Por ello, América Latina demanda de sistemas integrales de cuidados que sean motores en la recuperación socioeconómica de la región para lograr mayor inclusión, remarcaron este miércoles Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, y María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

Ambas abogaron por la creación de paquetes de incentivos y recuperación, que promuevan sistemas integrales para asegurar el acceso al cuidado a las personas con énfasis en sus derechos.

El planteamiento fue formulado este miércoles, durante  el lanzamiento del documento Cuidados en América Latina y el Caribe en tiempos de COVID-19. Hacia sistemas integrales para fortalecer la respuesta y la recuperación en un seminario web que contó con la participación de diversas autoridades de la región.

La CEPAL y la ONU Mujeres llamaron a los gobiernos de la región a colocar los cuidados en el centro de sus respuestas al COVID-19, creando paquetes de incentivos y recuperación, promoviendo sistemas integrales que aseguren el acceso al cuidado a las personas que lo requieren y garantizando los derechos de las personas que los brindan.

Este mecanismo puede convertirse en un motor de la recuperación socioeconómica, reafirmó la secretaria ejecutiva de la CEPAL.

“La crisis del COVID-19 debe transformarse en una oportunidad para fortalecer las políticas de cuidados en la región, desde un enfoque sistémico e integral. Esto significa incorporar a todas las poblaciones que requieren cuidados y generar sinergias con las políticas económicas, de empleo, salud, educación y protección social, sobre la base de la promoción de la corresponsabilidad social y de género. Esta es la única manera de afrontar con éxito las diversas consecuencias e impactos económicos y sociales causados por la pandemia, y lograr reconstruir con mayor igualdad y sin dejar a nadie atrás”, enfatizó Alicia Bárcena.

“Esta crisis es excepcional y requiere de cambios profundos y la ampliación de la protección social, lo que implica nuevos contratos sociales. Es hora de tomar en serio la inversión pública en salud y creación de empleo con un enfoque de género y derechos. La inversión en políticas de cuidados genera un triple dividendo ya que, además de contribuir al bienestar de las personas, permite la creación directa e indirecta de empleo de calidad y facilita la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo lo que supone un retorno de ingresos para el Estado vía impuestos y cotizaciones y una mayor renta para las personas. Si los gobiernos no se toman en serio la necesidad de fortalecer sistemas de cuidados con corresponsabilidad, esta crisis puede dejar a muchas mujeres fuera de la economía y sin poder ejercer sus derechos económicos y sociales”, señaló María Noel Vaeza.

Además de analizar la importancia de los sistemas de cuidados en la región, el informe visibiliza los impactos que ha tenido la pandemia en este ámbito, así como las medidas implementadas en el marco de la respuesta al COVID-19 en algunos países, y entrega una serie de recomendaciones de políticas para abordar la crisis de los cuidados en el actual contexto.

La pandemia del COVID-19 ha reafirmado la centralidad de los cuidados, poniendo en evidencia la insostenibilidad de su actual distribución, indican la CEPAL y ONU Mujeres. Desde antes de la pandemia, las mujeres en América Latina y el Caribe dedican el triple de tiempo que los hombres al trabajo de cuidados no remunerado. Según detalla el documento, esta situación se ha visto agravada por la creciente demanda de cuidados y la reducción de la oferta de servicios causada por las medidas de confinamiento y distanciamiento social adoptadas.  

Los impactos de la pandemia en la vida de las personas generan nuevos desafíos de reorganización del trabajo productivo y reproductivo en el corto, mediano y largo plazo, y demandarán nuevos ritmos y exigencias sobre los sistemas nacionales de educación pública, salud y protección social más allá́ de la crisis, señalan la CEPAL y ONU Mujeres.

Entre las recomendaciones entregadas por ambos organismos figuran medidas tales como asegurar que los servicios de cuidados sean considerados prioritarios, garantizando su realización de manera segura durante el período de confinamiento; eexpandir la protección de las personas que desempeñan tareas de cuidado tanto de forma remunerada como no remunerada; iinvertir en infraestructura de cuidados, en tecnologías y sistemas de transporte que ahorren tiempo; e iintegrar la economía del cuidado en la planificación, diseño e implementación de las políticas macroeconómicas, entre otras.

En el documento, la CEPAL y ONU Mujeres proponen avanzar en el levantamiento rápido de datos sobre los impactos del COVID-19 en el trabajo de cuidados no remunerado, así como en el funcionamiento de servicios de cuidado infantil y servicios para el cuidado de personas mayores y con discapacidad, en la flexibilización de las condiciones para el acceso a bonos y subsidios para el acceso a servicios de cuidado, en la promoción de la corresponsabilidad del sector empresarial durante el confinamiento, en campañas para visibilizar la sobrecarga de cuidados de las mujeres, y en la incorporación sistemática de grupos de trabajo sobre políticas de cuidados en los comités de crisis creados en el marco de la pandemia.

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