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Prohibición de un referendo sobre uniones homosexuales divide a Costa Rica

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San José – Costa Rica, un Estado confesional cuya religión oficial es la católica, se dividió esta semana con la decisión de la Sala Constitucional de impedir la celebración de un referendo para decidir sobre la legalidad de las uniones homosexuales.
 

Mientras en la calle, los periódicos y las redes sociales las opiniones a favor y en contra abundan, la presidenta del país, Laura Chinchilla, no ha atacado ni apoyado abiertamente el proyecto de ley que generó la polémica al proponer la legalidad de las uniones civiles entre personas del mismo sexo.

«Si bien abogo por mantener la figura del matrimonio en que hemos construido esta sociedad, entiendo que el acceso a los derechos de tipo civil o patrimonial es de todos, sin importar religión, sexo o preferencia sexual», dijo el jueves la mandataria, reconocida por su cercanía a la Iglesia Católica, a periodistas locales.

Con el fallo de los magistrados, emitido el martes, quedó enterrada la idea de someter a consulta popular el proyecto de ley, llamado de Sociedades de Convivencia, que reconocería derechos civiles como seguro social, herencia, pensión y acceso al crédito conjunto, a las parejas homosexuales.

El referendo era promovido por la Iglesia Católica y grupos evangélicos a través del Observatorio Ciudadano por la Vida y la Familia, que recolectó 150.000 firmas de ciudadanos que apoyaban la iniciativa.

Su argumento es que darle estos beneficios a las parejas del mismo sexo equipararía sus uniones a un matrimonio, mientras que para los grupos a favor de los derechos humanos y homosexuales, no reconocer estos derechos básicos es una discriminación.

La Sala Constitucional consideró que realizar un referendo sobre esta materia constituiría una violación a los derechos humanos de una minoría, y fue más allá, prohibiéndole al Tribunal Supremo de Elecciones organizar consultas sobre cualquier materia relacionada con los derechos humanos en el futuro.

«Someter al dictamen de una mayoría derechos de una minoría profundiza y agrava las discriminaciones en su contra», señala el fallo, y aclara que «las personas que tienen relaciones con una del mismo sexo son un grupo en desventaja y objeto de discriminación que precisa del apoyo de los poderes públicos para el reconocimiento de sus derechos constitucionales».

Con esta decisión del más alto órgano jurídico del país, Costa Rica se une a la lista de países latinoamericanos, como Argentina y Chile, que en los últimos años han promovido reformas a favor de la población homosexual.

Si bien en Costa Rica la propuesta legal no habla de matrimonio, a criterio de los activistas por los derechos de los homosexuales, representa un gran paso a favor de la igualdad.

El proyecto de ley seguirá ahora su camino en el Congreso, donde el panorama tampoco parece fácil. Tres grupos (bancadas) de oposición, el Partido Acción Ciudadana (centroizquierda), el Frente Amplio (izquierda) y el Movimiento Libertario (derecha) han anunciado su apoyo a la iniciativa, pero juntos no suman mayoría.

El futuro de la ley dependerá así, en buena parte, de la decisión de la bancada oficialista, pero Chinchilla adelantó que no habrá una línea de partido sobre el tema, lo que deja un panorama incierto.

«Más que una línea de fracción debe prevalecer la posición individual de cada diputado», dijo la gobernante.

Los esfuerzos de los activistas homosexuales y del Observatorio se enfilan ahora hacia el Congreso, donde realizarán un fuerte cabildeo para ganar votos, pero en la calle, la población dice estar mayoritariamente en contra del proyecto.

El diario La Nación, que desde su posición editorial apoya abiertamente la ley, publicó una encuesta en la que el 70% de los consultados manifestó que de haber referendo votaría en contra de la equiparación de derechos para las parejas del mismo sexo.

El abogado Esteban Quirós, que presentó el recurso de amparo que frenó la consulta, reconoció a Efe que «se ganó una batalla importante, pero no la guerra» y que «la lucha por la igualdad aún tiene mucho camino que recorrer».

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