Tegucigalpa – En medio de un toque de queda absoluto, a causa de la emergencia nacional de Salud, este Viernes Santo, la Iglesia Católica, realizó un inédito recorrido por las ciudades gemelas de Tegucigalpa y Comayagüela para rememorar el Santo Entierro de Jesucristo.
La feligresía hondureña y el mundo entero, ha tenido que celebrar una Semana Santa, atípica en todos los sentidos este 2020, por la pandemia del COVID-19 que afecta a más de un millón 600 mil personas contagiadas y donde se superan las 100 mil muertes en más de 180 países del mundo.
Los creyentes católicos, están acostumbrados a acompañar masivamente, las actividades de la Semana Santa, para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, las anteriores procesiones lucen espectaculares con decenas de personas caminado por las principales calles de la ciudad.
En su recorrido por los barrios y colonias, gente portando mascarillas y guardando distancia saludaron la procesión del Santo Entierro.
“Es una brillante oportunidad para que desde la casa se viva una Semana Santa en familia, de manera que se pueda reflexionar”, manifestó Carlos Magno, sacerdote y líder la Iglesia Católica de Honduras.
El inédito y extenso recorrido dio inició en la Aldea Suyapa, (5:00 PM) exactamente en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, con una larga procesión para visitar varias zonas de la ciudad entre ellas: la colonia San Miguel, Los Próceres, Bulevar Morazán y el Centro Histórico de Tegucigalpa, Los Dolores, Los Girasoles, El Calvario, El Manchen, El Pedregal, entre otras.
Y llenos de fervor y devoción, muchos feligreses católicos, niños, jóvenes y adultos mayores, salieron a las orillas de la calle, al encuentro del desfile, compuesto por dos vehículos, pero con sus pañuelos blancos en mano, acompañaron el cortejo de Santo Entierro.
Algunas personas de rodillas y con sus manos hacia lo alto, hicieron honores a la imagen Yacente de Jesús y su fiel acompañante, su madre la Virgen María, conocida como la Dolorosa, por su peculiar expresión de dolor y llanto, por la pérdida de su único hijo.
No obstante, la Iglesia “hizo un llamado para que las feligreses acompañen a Cristo desde la casa”. Recordando que la Semana Mayor no se ha cancelado, sino que debía ser vista como una oportunidad para vivirla con mucha más intensidad.
La jornada fue además un espacio para orar, donde se puso en manos Dios, todas las necesidades y peticiones de la ciudadanía hondureña. El padre Víctor Ruíz, hizo oración por los privados de libertad.
“Señor imploramos tu presencia ellos, bendícelos infunde en su espíritu amor, consuelo y esperanza, para que su dolor se cambie en gozo, guíalos y fortalécelos con tu palabra y que junto al dolor de los presos, esté siempre María, para que les acompañe en todas la penas”, dijo el religioso.
El viernes Santo
El Santo Entierro es la actividad que precede a la liturgia católica de la Adoración a la Santa Cruz, el santo lugar donde muere Jesús “a la hora nona”. Donde el Hijo de Dios, fallece luego de un fuerte y doloroso grito, -según la liturgia- en la que expresa: Padre en tus manos pongo mi espíritu y dicho esto expiró”, cita la frase del evangelista Lucas (23,46).
Es por ello que en la Basílica Menor, Nuestra Señora de Suyapa, el arzobispo de Tegucigalpa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, realizó los Santos Oficios de la Pasión de Jesucristo.
El viernes representa el día del Juicio para Jesús; la Condena, el Viacrucis, la crucifixión y la muerte del Hijo de Dios, quien juzgado por los Sumos Sacerdotes Judíos, por el Gobernador Herodes y por el emperador romano Poncio Pilato, el responsable de condenar a Jesús a la muerte, por coronado con una corona hecha a base de espinas.
Según la Biblia, Jesús Carga con la Cruz hasta el monte del Calvario, en ese entonces fue auxiliado en el momento más crítico de su pesada trayectoria por Simón de Cirene. Finamente fue clavado en la cruz donde expiró, ese mismo día fue bajado de la cruz y sepultado.
La jornada de este viernes, inició muy temprano en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, con el Santo Viacrucis con un amplio recorrido por las principales calles y avenidas de la capital, bajo las medidas para atender la emergencia sanitaria.
En ese sentido el circuito de parroquias que ubicadas en el centro histórico de Tegucigalpa y Comayagüela, se han instalado altares que sirven como las 14 estaciones del Viacrucis, el camino a calvario de Jesús.
La inédita procesión es encabezada por dos vehículos pick-up donde muestran la imagen de Jesucristo cargando la Cruz y, en otro de los autos la imagen de la Virgen María, la madre de Jesús.
La liturgia estuvo a cargo del canciller de la Iglesia Católica, padre Carlo Magno Núñez, acompañado de otros miembros del clero del arzobispado de Tegucigalpa.
