Una portavoz de AA señaló a la prensa que los técnicos de la aerolínea detectaron un fallo en sus sistemas informáticos en la noche del miércoles y que todavía realizan pruebas para solucionar el problema, que inicialmente causó el retraso en 48 vuelos.
La misma fuente indicó que por el momento desconocen cuándo los sistemas informáticos funcionarán de nuevo y cuántos pasajeros se habrían visto afectados, pero que esperan que estén reparados pronto.
El fallo se habría originado en el sistema automatizado de lector del código de barras que se coloca a cada una de las maletas que se facturan y que permite encaminarlas hacia las puertas de embarque correspondientes.
Ante la avería técnica son los empleados los que tienen que hacer manualmente las tarjetas de facturación de equipaje, con el consiguiente retraso.
Las cadenas de televisión estadounidenses han mostrado el caos en el aeropuerto, ya que muchos pasajeros se quejan de que no saben, una vez facturado su equipaje, cuando lo podrán recuperar.
Además, también hay cientos de maletas acumuladas en una de las nuevas terminales del JFK, que es uno de los mayores del mundo y con mayor tráfico aéreo.
Los pasajeros estadounidenses están descontentos con la decisión que en junio adoptaron las aerolíneas, entre ellas American Airlines, de hacer pagar una tarifa extra por las maletas facturadas en los vuelos nacionales y a Canadá, bajo el argumento de que sus costos han subido por los altos precios del carburante de aeronaves.
En el caso de AA, sus pasajeros están obligados a pagar 15 dólares (9,5 euros) por la primera maleta que facturan y 40 dólares (25,50 euros) si llevan dos y, de manera general, se sigue permitiendo llevar un bolso de mano sin abonar tarifa alguna.
Un portavoz de la compañía aérea indicó a la cadena de televisión NBC que la mayor parte de los vuelos afectados por los retrasos, que inicialmente fueron de entre 60 y 90 minutos, eran internacionales, en los que aún no se paga por la facturación de las maletas.
Para intentar aliviar el problema, la aerolínea ha desviado muchos de esos equipajes hacia los otros dos aeropuertos neoyorquinos de La Guardia y Newark (Nueva Jersey), desde donde serán enviadas a sus destinos.