Nueva York – El presidente Juan Orlando Hernández se reunió con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, para evaluar los alcances de la cartera crediticia.
En marzo pasado, en la ciudad de Washington, y posteriormente en Miami, en el marco de la Cumbre para la Prosperidad y Seguridad del Triángulo Norte, ambos líderes se reunieron para afinar la agenda común.
En marzo, durante el encuentro en las oficinas principales del BID, este organismo reconoció los avances de Honduras y anunció la aprobación de 632 millones de dólares para los próximos dos años.
Estos fondos, sumados a la asignación de recursos por parte del Banco Mundial por 310 millones de dólares, son un claro reconocimiento a los avances institucionales y al dinamismo, ordenamiento y fortaleza que hoy tiene la economía hondureña.
Según lo informado en su momento, los fondos del BID se otorgarán al país en condiciones concesionales, a 40 años de plazo y con muy bajas tasas de interés. Serán utilizados para seguir mejorando la infraestructura, puertos, aeropuertos, carreteras y autopistas, los programas sociales y las instituciones.
Hernández explicó que “para nosotros es importante un financiamiento a largo plazo, un financiamiento concesional, con condiciones que no se encuentran en ningún otro lugar, para seguir construyendo la infraestructura que el país necesita, invertir en energía y zonas de empleo, que eso es clave para la generación masiva a la que le estamos apostando”.
Asimismo, se dialogó con el presidente Moreno sobre la Alianza para la Prosperidad y cómo desde el BID se monitorea lo que ocurre en el Congreso y en el Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre este tema.
“Honduras va bien; queremos que a la región le vaya bien de igual manera, así que esta ha sido una presencia de Honduras muy exitosa”, dijo.
Pobreza multidimensional
Respecto la medición de pobreza multidimensional, Hernández insistió en que esta metodología de la Universidad de Oxford es la mejor porque este fenómeno tiene profundas raíces que no deben ser vistas sólo como la capacidad o no de una persona de tener ingresos.
La pobreza debe determinarse por otras condicionalidades como la calidad de vida, la calidad de la vivienda, salud, educación, acceso a servicios públicos, entre otros.
En ese sentido, insistió en que el Índice de Pobreza Multidimensional- Global (IPM Global) es una medición de la pobreza que refleja las múltiples carencias que enfrentan las personas pobres y, por tanto, es el que debe ser usado para definir las categorías de las naciones.
“Esto contribuirá a una forma más equitativa y precisa de clasificar las condiciones en que se encuentran los Estados y, consecuentemente, en la asignación de la contribución de los países desarrollados a la reducción de la pobreza en los países en desarrollo”, dijo.
Actualmente, Honduras es calificado como un país de renta media y eso impide que pueda optar a más cooperación de los países desarrollados.
“Tenemos que seguir luchando porque no se nos siga evaluando bajo el concepto que los países de renta media, como es el caso de Honduras, van a ser tratados de una manera que sea mucho más difícil el acceso a esa cooperación”, afirmó.
