spot_img

Presidente Hernández deja sin banderas a Libre

Compatir:

Tegucigalpa – Las constantes quejas, transformadas en denuncias, del presidente Juan Orlando Hernández contra el gobierno estadounidense en cuanto a la poca ayuda que ofrecen en el combate a las drogas, además de señalarle como uno de los grandes responsables del problema por en masivo consumo de drogas de sus ciudadanos, se ha transformado en un cambio radical de la tradicional política exterior de Honduras en cuanto a no señalar a Washington públicamente y abordar todas las quejas por los canales diplomáticos. Esta postura es una de las que han dejado al recién creado partido Libertad y Refundación (Libre), sin espacios críticos en un planteamiento que fue su trinchera base.
 

– Sus críticas a Estados Unidos y su distanciamiento en la política antidrogas, aunada a la confrontación con los poderosos grupos térmicos y empresas celulares han cambiado el espectro político hondureño.

Desde el discurso de toma de posesión hasta su intervención en la convención del partido Nacional, el presidente Hernández ha sido reiterativo en cuanto a su frustración por lo que considera la poca asistencia de Estados Unidos en la lucha antidrogas a Honduras.

Ha sido tal el desengaño de Hernández con Washington que incluso en sus llamados a mayor cooperación llamó por su nombre al actual mandatario Barack Obama, algo que se consideraba un tabú en las relaciones entre ambas naciones.

Hernández considera que el gobierno norteamericano debería destinar mayor cantidad de recursos para combatir el tráfico de drogas, ya que señala que la mayor parte de la violencia en Honduras es generada por la actividad del narcotráfico.

Honduras es considerado el país más violento del mundo con una tasa de 20 homicidios diarios, aunque el gobierno consideró que el 2013 la tasa fue ligeramente menor.

Las duras palabras del presidente Hernández parecieron ser validadas por el mismo jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, general John Kelly, quien admitió en el Congreso que “la gran demanda de drogas de Estados Unidos supone un riesgo directo para la propia existencia” de naciones como Honduras y Guatemala, las más afectadas por el contrabando de drogas.

El general Kelly reforzó la posición asumida por el presidente Hernández en cuanto a que la transformación de Honduras y Guatemala como centros logísticos para la droga ha disparado la violencia en los dos países.

Térmicos y telefónicas

Pero Hernández no se ha quedado únicamente en el sector externo, sino que también dirigió sus críticas en el frente doméstico, especialmente contra los poderosos grupos de generación eléctrica a base térmica y las omnipresentes compañías telefónicas.

El mandatario hondureño primero comenzó con las empresas que brindan el servicio de telefonía celular para que bloquearan las señales cercanas a los centros penales del país, ya que de ahí salían la mayor cantidad de extorsiones a los que son sometidos los hondureños.

Primero el gobierno logró que desactivaran las señales de las torres cercanas a los centros penales, con lo que también el afecto a los ciudadanos de las comunidades y barrios cercanos, pero tras unas semanas, las empresas celulares han focalizado la neutralización del servicio en el área de los centros penales y no en todo el entorno de las comunidades.

Luego el gobierno de Hernández decidió enfrentarse a las poderosas empresas térmicas, que generan más del 60 por ciento de la energía eléctrica consumida por los hondureños.

Con la renovación de los contratos de generación de electricidad y que es vendida a la estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), el gobierno logró mejoras sustanciales en los contratos renegociados.

Primero con Lufussa y luego con Elcosa, la posición de fuerza del presidente Hernández permitió que las referidas compañías aceptarán negociar en base a los precios referenciales de Centroamérica, especialmente los de Guatemala.

Tras el fin de las negociaciones, la ENEE tendrá una reducción de costos de 1,500 millones de lempiras.

Espacios

Las medidas y reacciones del presidente Hernández representan un cambio drástico para un mandatario hondureño, tradicionalmente pro empresariales y cercanos a Estados Unidos y su política exterior.

Pero simultáneamente las posiciones de Hernández le están achicando el espacio de actuación a su actual rival político, el partido Libertad y Refundación (Libre), que desde que surgió en el espectro político se a propio de los segmentos izquierdistas con sus políticas tradicionales contra Estados Unidos y los poderosos grupos empresariales hondureños.

Pero en los casi dos meses en el poder, Hernández se ha apropiado del espacio del centro político con una cierta lejanía a Estados Unidos, lo que ha dejado desconcertados a los dirigentes de Libre, especialmente a su máximo dirigente, el ex presidente Manuel Zelaya, acostumbrado a jugar el papel de líder antisistema en Honduras.

Desde el final de las elecciones y el inicio de la actual administración, se ha visto a Zelaya desubicado en su papel de dirigente opositor, mientras Hernández ha ocupado los espacios que tradicionalmente ocupaba Zelaya y Libre.


spot_img
spot_img

Más noticias

spot_img
spot_imgspot_img