Nicaragua, el segundo país más pobre de América, cerró el primer semestre de este año con una inflación acumulada de 11,76 por ciento, casi el doble de la registrada en el mismo período de 2007, y la más alta para ese período en Centroamérica.
Moreno anotó que la presión inflacionaria es ocasionada, en parte, por los altos precios de los alimentos que, a su vez, son provocados, en buena medida, dijo, por el alza en el precio de los combustibles.
«¿Cómo corregir esas presiones inflacionarias?, pues hay dos maneras de hacerlo: de un lado, la llamada política fiscal o el gasto que hace el Estado; y otro lado, la política monetaria que la rige el Banco Central de cada país y básicamente ésta tiene que ver con los tipos de interés», continuó.
Agregó que muchos países latinoamericanos han tomado decisiones «muy difíciles, que significan, de una parte, aumentar los tipos de interés y reducir el gasto», lo cual ha tenido un efecto sobre el crecimiento.
«Pero finalmente hay una gran cosa que consiguió Latinoamérica en los últimos años: tener una macroeconomía estable. Ese es un punto muy importante», destacó.
Moreno señaló, en ese sentido, que cada país debe ir «ajustándose de acuerdo a sus necesidades» para frenar la inflación, porque, sin duda, añadió, «es un reto muy grande que tienen todas las economías del mundo y en especial las pequeñas».
El presidente del organismo multilateral llegó hoy a Managua, en una visita de 24 horas, para conocer proyectos que el BID financia en Nicaragua y para reunirse con autoridades de este país.