Tegucigalpa – Alta preocupación existe en los cuerpos de seguridad del Estado hondureño por las últimas estadísticas que arrojan el decomiso de potentes armas en manos de estructuras criminales que se dedican, entre otros ilícitos, al tráfico de drogas, extorsiones, secuestros, asaltos, sicariato entre otras actividades.
Para el caso, un promedio de seis armas diarias decomisa la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), en los cinco primeros meses de este 2016. En total son 935 artefactos los que ha logrado incautar este cuerpo interagencial en todo el territorio hondureño.
Es común, en los últimos tres meses, la incautación de armas gruesas como: fusil AK-47, M-16, FAL, Uzi y M203 (lanzagranadas), así como municiones del M203 que tiene capacidad para destruir hasta vehículos blindados.
Se estima que alrededor de un millón de armas circulan en Honduras, de las que apenas 282 mil están registradas. Otro elemento es que el 84 por ciento de los homicidios son cometidos con armas de fuego.
Cuando el país comenzó la lucha contra estructuras traficantes de drogas, hace un par de años, se lograron decomisar exóticas armas y fusiles, incluso con baños de oro e incrustaciones de símbolos propios del narco.
Lo anterior solo anunció la magnitud del problema que se avecinaba y que ahora deja una feroz lucha con estos grupos de delincuencia organizada.
A la par de las constantes incautaciones de estos artefactos, también se han producido atracos a almacenes de evidencia de la Fiscalía, donde en varias oportunidades han desaparecido centenares de armas que servían como pruebas en sonados casos judiciales.
La sustracción de armamento incluso ha llegado a bodegas de la Policía hondureña, donde a pesar de la gravedad de los hechos no se han encontrado culpables ni rastros de las armas que desaparecieron como por arte de magia.
Informe del relator de la ONU
Durante su visita del 23 al 27 de mayo a Honduras, el Relator Especial de la ONU sobre las Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, Christof Heyns, concluyó que la violencia en el país también es aumentada por el extenso uso personal de armas de fuego, facilitado por la legislación, la que es altamente permisiva sobre la posesión de armas, así como por la proliferación desenfrenada de las empresas privadas de seguridad.
“En respuesta a las altas tasas de violencia en el país, las personas han recurrido a la compra de armas y contratar los servicios de las empresas privadas de seguridad”, cita un enunciado del informe presentado por el relator.
Contó que la Ley sobre el Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Similares, permite a cualquier persona solicitar una o más licencias para la posesión y portación de armas de fuego y registrar hasta cinco armas de fuego, la que recientemente ha sido reducida a tres.
Los informes estiman la existencia de entre 800 mil y un millón de armas de fuego en circulación en Honduras, de las cuales están registrados únicamente 282 mil.
“Es evidente que esta regulación permisiva ha contribuido a la espiral de violencia en el país y facilitó el acceso de las maras, grupos criminales organizados y empresas privadas de seguridad a armarse. Un nuevo proyecto de ley sobre el control de armas actualmente está siendo considerado por el Congreso Nacional, con el fin de establecer regulaciones más estrictas para el acceso a armas de fuego”, remata el informe.
Cifras alarmantes de armas decomisadas
El vocero de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), coronel Santos Nolasco, alertó que debe ser una preocupación del Estado hondureño la alta circulación de armas potentes, automáticas y de guerra por todo el territorio.
Reveló que en los primeros cinco meses de 2016, se han decomisado 935 armas, con un promedio de 6.2 artefactos diarios.
El oficial castrense desglosó que llama la atención la incautación de armas de grueso poder como: fusil AK-47, M-16, FAL, Uzi y M203 (lanzagranadas). Además se ha decomisado municiones del M203 que tiene capacidad para destruir vehículos blindados.
Siempre con las municiones, Fusina ha confiscado dos mil 733 proyectiles de diversos calibres, únicamente de alto poder (7.62 y 5.56 fusil M16 y AK-47).
“Es una preocupación de Fusina, por lo menos en los últimos tres meses, el decomiso de armas de guerra que se da casi a diario. El fusil que más se está decomisando es el AR-15, por tanto hay alguna preocupación. En todo el territorio nacional hay máxima vigilancia y se sigue de cerca este tráfico de armamento”, señaló el oficial.
Nolasco apuntó que la pistola más decomisada es la de calibre nueve milímetros. “Hay que apuntar que la mayor parte de los homicidios que se cometen es por armas de fuego, es por eso que existe tanta preocupación de Fusina para decomisar todo este armamento y municipios”, añadió.
Remarcó que en Honduras ningún comercio está autorizado para vender armas automáticas -como ser: R-15, M-16, AK-47 y la miniuzi- “El tráfico de armas mueve tanto dinero como lo hace el tráfico de personas o de drogas”, aseveró.
Concluyó que “todo apunta que se trata de un contrabando que hay por nuestras fronteras, debido a eso se han incrementado los patrullajes”.
Armas, el sostén de las estructuras criminales
Para la criminóloga, Arabesca Sánchez, el tráfico de armas es una de las principales modalidades del crimen organizado y refirió que la Operación Regional Contra Armas (ORCA), compromiso asumido por Honduras ante el SICA, para asegurar la estrategia de seguridad democrática.
“Estamos viendo que se han incrementado los operativos de incautación, pero que también se cruzan las confiscaciones que se le hacen al narcotráfico. Casi siempre el narcotraficante tiene armas de fuego a la par de la actividad de la droga”, valoró.
Aseveró que las armas de fuego siguen siendo las principales herramientas con las que se sostienen las demás modalidades criminales en la región. “Las armas que circulan en el país siguen siendo las de tipo comercial, pero que circulan de manera ilegal. Pistolas nueve milímetros, revólveres 38 y 3-57, así como los fusiles 223, 556 y AK-47 que son los más apetecidos por las estructuras criminales”, reforzó.
Sánchez urgió que Honduras necesita consolidar su sistema de control de armas, en el que existen muchas tareas pendientes. Para el caso, citó que no se ha podido reunir en un solo almacén las armas que sirven de evidencia, así como los depósitos permanentes para artefactos que ya tienen resoluciones judiciales y las que están decomisadas que son de uso riesgoso o forman parte de excedentes del Estado.
“Son varias modalidades de almacenamiento que el país no ha podido consolidar en un solo sistema de control. La nueva Ley de Armas nos puede ayudar a resolver ese tema, pero en la práctica aún no ha sido posible. Sería uno de los retos que tiene el país”, reflexionó la experta en temas de seguridad.
Mencionó que la cifra convencional que se maneja para Honduras es de un millón de armas que circulan por su territorio. “No solo más del 80 por ciento de los homicidios se cometen con armas de fuego, también en las últimas dos décadas el arma de fuego está presenta en cada modalidad delictiva, incluso en delitos sexuales como elemento atemorizante para las víctimas, asimismo en secuestros, extorsiones, asaltos y delitos contra la vida”.
La criminóloga puntualizó que en la actualidad es muy común ver homicidios hasta con 40 y más disparos, algo que no ocurría hace unos años. “Ahora hay una violencia más brutal a través del uso de las armas de fuego”, finalizó.
Procedimiento policial con las armas
De su lado el portavoz policial, Luis Osavas Olivera, detalló que hay varios procedimientos en torno a las armas que son decomisadas por los cuerpos de seguridad del Estado.
Para el caso cuando se decomisa un arma por infringir la Ley de Portación de Armas -portarla de manera visible, en lugares público o hacer disparos en la vía pública- pasan a la Dirección de la Policía Nacional y se establecen sanciones en base a la ley.
Mientras cuando las armas son decomisadas por portación ilegal, lo que procede es remitir el artefacto a la Fiscalía y éstos la envían a sus bodegas de evidencia.
“La Policía Nacional todos los días realiza acciones en busca de contrarrestar el tráfico de armas prohibidas. En el caso de la zona fronteriza con Nicaragua ha proliferado el tráfico de armas porque después de la guerra mucho artefacto ingresó ilegalmente a Honduras”, expuso.
Con respecto a la destrucción de armas que realiza la Secretaría de Seguridad en asistencia con el gobierno de Estados Unidos, apuntó que “las armas que quedan en poder de la Policía, ya sea porque son abandonadas o que muchas veces son decomisadas en allanamientos, quedan en nuestro poder y hay un equipo que procede a su destrucción”.
Personalmente se pronunció con respecto a la nueva Ley de Armas que discute el Congreso Nacional. “Si sabemos que la gran mayoría de los homicidios se cometen con armas de fuego, el Poder Legislativo debe analizar si sigue siendo factible que una persona legalmente pueda estar en posesión de cinco armas de fuego”.
Sugirió regular la portación de armas de fuego y no así la tenencia, “portar un arma de fuego asegura la integridad física de una persona, pero también la pone en riesgo.