El secretario de Comercio de EE.UU., Carlos Gutiérrez, explicó hoy en una audiencia ante un subcomité de la Cámara de Representantes que el Gobierno descartará sus planes de recoger con ordenadores manuales los datos de millones de habitantes que no devuelvan el formulario que el censo les enviará por correo.
El proyecto del Gobierno de desarrollar ordenadores especiales para el censo de los 300 millones de habitantes estadounidenses «ha experimentado problemas significativos en el calendario, el funcionamiento y los costes asociados», afirmó Gutiérrez.
«Una falta de comunicación eficiente con uno de nuestros principales contratistas ha contribuido significativamente a los problemas. Esta situación es inaceptable y hemos tomado decisiones para tratar este asunto», señaló el secretario de Comercio en el subcomité de Asignaciones financieras de la Cámara Baja.
La Oficina del Censo, supervisada por Gutiérrez, pretendía elaborar el censo en 2010 con la más alta tecnología disponible, pero, debido a los problemas surgidos, la recopilación de datos será más bien una tarea «altamente manual».
El censo adjudicó un contrato a una compañía para adquirir 500.000 ordenadores manuales por un importe de más de 600 millones de dólares.
Los aparatos, que son similares a agendas electrónicas, se utilizarán ahora, en lugar del censo, para verificar el lugar de habitación de cada residente en EE.UU.
El cambio anunciado por Gutiérrez supone un coste adicional de al menos 3.000 millones de dólares para las arcas del Estado de un total de 14.000 millones que costará todo el censo, una tarea que EE.UU. tiene que realizar cada diez años por mandato constitucional.
El ceso es utilizado para repartir los escaños entre los estados en la Cámara de Representantes.
También los estados y muchas ciudades utilizan los datos del censo para la distribución de los distritos electorales de sus propias legislaturas.
Sin los ordenadores manuales, los trabajadores del censo tendrán que recoger los datos puerta a puerta con papel y bolígrafo de aquellas personas que no remitan su formulario a la Oficina del Censo, que, según se calcula, son aproximadamente un tercio de los habitantes.
Para esta tarea, el censo prevé contratar y formar a cerca de 600.000 empleados temporales.
Informes gubernamentales, entrevistas y comparecencias ante el Congreso indican que la Oficina del Censo no estaba preparada para gestionar el contrato de los ordenadores manuales y los responsables del censo son culpados por no trasladar adecuadamente sus exigencias técnicas a la empresa contratista Harris, con sede en Florida.
Los ordenadores desarrollados resultaron ser demasiado complejos para algunos trabajadores temporales que los probaron en un test el año pasado en Carolina del Norte.
Los aparatos tampoco eran diseñados para transmitir la gran cantidad de datos que se derivan de un censo.
En un comunicado, Harris, que se adjudicó el contrato en 2006 para suministrar los ordenadores y el sistema operativo, señaló que todavía espera poder jugar un papel relevante en el censo de 2010.