Tegucigalpa – El asesinato del exdirector de Lucha Contra el Narcotráfico de Honduras Julián Arístides González, el 8 de diciembre de 2009, fue planificado por la cúpula de la Policía Nacional y mandos intermedios, a petición de un narcotraficante, informó hoy la prensa local.
Según una publicación del diario El Heraldo, que se edita en Tegucigalpa, un informe detallado de la Dirección de Inteligencia Policial, más una serie de declaraciones de testigos, tres vídeos y patrones fotográficos, entre otras evidencias, revelan cómo se planificó el asesinato de González en la capital hondureña.
¿Qué conviene hacer con la @PoliciaHonduras?
— Proceso Digital (@procesodigital) 5 de abril de 2016
González, un militar de carrera, figuró durante siete años por su lucha contra el tráfico de drogas en el país centroamericano, lo que en su momento también fue reconocido por Estados Unidos.
El informe que implica a oficiales de la cúpula policial y mandos intermedios, del que por ahora no se han publicado nombres de los presuntos autores intelectuales y materiales, están en poder de la Inspectoría General de la Policía Nacional, la Secretaría de Seguridad y el Ministerio Público, añade la información.
Un supuesto narcotraficante en el departamento de Colón, en el Caribe de Honduras, habría pagado el dinero para asesinar a González en diciembre de 2009, cuando Honduras era gobernada por el régimen de facto de Roberto Micheletti, tras el golpe de Estado del 28 de junio de ese año al entonces presidente hondureño, Manuel Zelaya.
El asesinato de González habría sido planificado el 29 de noviembre de 2009, según la publicación, que además señala que los responsables del crimen «dejaron huellas por todos lados».
La planificación se hizo en la oficina de la Dirección de la Policía en el Cuartel de Casamata en Tegucigalpa, donde «los oficiales ven que hay cámaras grabando, por lo que uno de ellos se dirige al sitio donde está la pantalla y, al no saber cómo apagar el equipo, hala un cable y lo desconecta».
El mismo oficial cree «que las cámaras quedan deshabilitadas, pero no es así, el equipo, aunque aparenta estar apagado, sigue grabando, quedando registrada la planificación del asesinado del zar antidrogas en Ciudad Inteligente», subraya el amplio informe que reproduce el diario.
El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Leonel Sauceda, dijo a Efe al ser consultado sobre el caso, que es posible que hoy se brinde una rueda de prensa sobre lo que ha trascendido.
Por el asesinato de González, cuando circulaba en su vehículo por una calle de Tegucigalpa, no ha sido enjuiciado nadie en Honduras.
El rotativo indicó además que tiene «los nombres de los autores intelectuales y materiales, los testimonios, vídeos y otras evidencias recogidas por la propia Policía, donde se inculpa a su cúpula en este crimen».
El informe, en papel con membrete de la Secretaría de Seguridad, detalla las conversaciones entre los oficiales y mandos intermedios en las que se dan las órdenes para la ejecución del plan.
«Hagan bien las cosas, recuerden, señores, no podemos fallar, peligroso un doblón y no quiero que alguien de ustedes en un disgusto con otro oficial, ustedes mismos vayan a hablar papadas (cosas que puedan incriminarlos)», se lee en el informe.
«Sí, porque ya saben lo que les espera, ya todos nos conocemos y recuerden que esos capos son poderosos y se nos puede dar vuelta la tortilla, agrega el comisionado X», añade.
En otra parte de la conversación, uno de los subcomisionados identificado con la letra «A» expresa: «Ese maldito de Arístides González es malintencionado con los policías», mientras que el subcomisionado «B» dice: «No hay que perdonar a Arístides, ese si nos agarra pandos nos dobla.
Seguidamente «el comisionado general ‘Y’ pregunta al comisionado general ‘X’ y al comisionado ‘X’: ¿Ajá vos, y ya mandó el billete el jefe?».
«De eso se encargan el subcomisionado D, subcomisario C y la inspectora X, responde el comisionado general X», dice entre otras cosas el informe.
La corrupción y el crimen han salpicado a la Policía Nacional desde hace varios años, pero hasta ahora los intentos por depurar la institución han fracasado por «falta de voluntad política» al más alto nivel, según analistas locales.
El caso del asesinato de Julián Arístides González es uno de los tantos que hasta ahora han quedado en la impunidad en el país.