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Pobladores se unen para reforestar manglares en el Golfo de Fonseca

Marcovia (Choluteca) – Ana Morales y Sonia Zepeda forman parte del grupo de 200 pobladores de Guapinol, El Venado, El Tamarindo y Villanueva, jurisdicción del municipio de Marcovia que reforestarán 80 hectáreas de bosque de manglar en la zona protegida de Las Iguanas en Punta Condega, sector de Choluteca.

Ana Morales y Sonia Zepeda perteneces a la comunidad de Guapinol, una de las cuatro comunidades que reforestarán los manglares en la zona protegida de Las Iguanas en Punta Condega, Marcovia.

Son 80 mil plantas que serán sembradas en la zona protegida de forma directa y más de 40 mil mediante viveros semi artificiales, en un periodo de 18 meses.

“Estamos sembrado barreras de protección de vida”, dijo Ana, pobladora de la comunidad de Guapinol, quien destaca que la iniciativa incluye además del componente de reforestación, la economía local, los riesgos de la pesca y algo que ella destaca, el empoderamiento de las mujeres.

“Es importante que la gente cuide el ambiente, el Golfo somos todos, nosotros hacemos nuestra parte sembrando mangle para recuperar las barreras que teníamos, si sembramos mangle las ocupamos como una barrera de vida”, dijo Ana.

La iniciativa forma parte del plan rescate y protección de los recursos naturales que impulsa el gobierno a través de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA), con el  financiamiento de cinco iniciativas comunitarias por un valor de más de 6.1 millones de lempiras por 18 meses. Un quinto proyecto se realizará en el departamento de Atlántida.

Ana destaca que el programa de Pequeñas Donaciones (PPD), del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ejecuta la iniciativa, le da voz a las mujeres, demostrando tienen las mismas oportunidades que los hombres de contribuir con una labor que por mucho tiempo ha sido exclusiva de los hombres.

Las labores no son fáciles, son jornadas de trabajo extensas donde la marea dicta la hora de la entrada, generalmente a las 5:00 de la mañana, para recoger el lodo y el propábulo de manglar en lanchas y luego, tras 45 días en el vivero, se procede a la siembra, Sonia Zepeda.

“Es un proceso largo y se corre riesgo, hay partes que son aguadas que muchas veces nos vamos en el lodo arriba de las rodillas, incluso a la cintura, pero para todo lo de valor se requiere sacrificio”, indica.

Ejemplo de resistencia

“Estas comunidades se han dedicado a resistir y es un ejemplo de resistencia mantener sus comunidades, reforestar los manglares”, señala el titular de Serna, Lucky Medina quien considera que los problemas locales deben resolverse con soluciones locales, extendiéndoles la mano, como se está realizando en esta ocasión.

Medina dijo que para la presidenta Xiomara Castro es prioridad hacer buen uso de los recursos para transformar las comunidades, las que tienen que convertirse en espacios en armonía con la naturaleza.

Precisamente, este proyecto de reforestación manglar del Golfo, se está realizando Pequeñas Donaciones del PNUD, cuya metodología de trabajo busca la participación, organización y consensos comunitarios para definir y luego, ejecutar acciones de conservación de la biodiversidad, y que generen beneficios comunitarios.

Siguiendo esta metodología, todas las organizaciones comunitarias gestionaran los recursos financieros bajo un esquema de rendición de cuentas establecido y capacitaciones a personas integrantes en manejo responsable de los recursos ambientales, como la conservación de la tortuga golfina, en la gestión de la basura y manejo financiero.

El programa se ejecuta en más 130 países y cuenta con una cartera de casi 28,000 iniciativas comunitarias activas globalmente y más de 200 mil proyectos ejecutados.

Desde hace más de 20 años este programa se ejecuta en Honduras, en la actualidad, son más de 250 los proyectos ejecutados, indica Richard Barathe, Representante Residente del PNUD en Honduras.

“Hoy estamos junto a SERNA y las comunidades del Golfo de Fonseca buscando fortalecer sus medios productivos y resiliencia climática, mediante una importante iniciativa de restauración de bosques de mangle”, señaló Barathe.

Los bosques de mangle de la zona protegida de Las Iguanas en Punta Condega es una de las 12 locaciones RAMSAR que posee Honduras.

Un sitio RAMSAR es designado internacionalmente por su valor ecológico gracias a su diversidad biológica, fuente de agua, y la cantidad de especies que dependen de ella para subsistir.

La designación de un sitio RAMSAR compromete al país en cumplir este acuerdo internacional. En el mundo hay 2,400 sitios RAMSAR, cuya extensión es 20 veces más que el territorio de Honduras. VC

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