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Pintar el cáncer para estudiarlo

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Científicos del Instituto de Investigación en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III (IIER-ISCIII) han convertido un tumor en un “lienzo” en el que, con técnicas de modificación génica, han pintado una a una cada célula tumoral, lo que ayudará a ver y diferenciar mejor el comportamiento de cada una de ellas en la neoplasia.

La tecnología multicolor, publicada en Nature Communications, funciona como los pixeles de las pantallas RGB, donde la combinación de 3 colores básicos como el rojo, verde y azul resulta en toda la gama de colores del espectro visible.

El estudio liderado por Javier García-Castro, jefe de la Unidad de Biotecnología Celular, se ha centrado en los osteosarcomas, un tipo de cáncer de hueso.

En el trabajo, el investigador Stefano Gambera, primer firmante del artículo, no solo ha marcado cromáticamente las células sino que ha utilizado las bases de la teoría de la evolución propuestas por Charles Darwin para tratar de desentrañar por qué los osteosarcomas son tan impredecibles y tan frecuentemente puede desarrollar resistencia a los fármacos antitumorales.

“En la actualidad, el desarrollo de un cáncer se ha conceptualizado mediante un modelo parecido a la evolución de las especies en la tierra. El proceso evolutivo es frecuentemente dibujado como un gran árbol donde las especies actuales son representadas por las cimas más altas y las especies extintas las más bajas”, explica Gambera.

De la misma manera, se ha pensado que el cáncer puede ser representado como un árbol en su desarrollo, con la preeminencia final de las células más agresivas pero “nuestro estudio muestra como la evolución de los osteosarcomas puede seguir un patrón de desarrollo neutral, donde distintas ‘especies tumorales‘ (clones) pueden coexistir y evolucionar paralelamente”, sostiene.

La imagen es parte de la publicación en Nature Communications bajo una licencia Creative Commons 4.0 InternationalImagen de la publicación en Nature Communications


Para el investigador, este hallazgo podría representar un cambio en la búsqueda de dianas terapéuticas contra el cáncer.

“Siguiendo con la similitud con el árbol evolutivo, sería necesario centrarse en el tronco, como diana terapéutica, más que en la cima del árbol evolutivo del cáncer”, advierte.


En el estudio además, se presentan evidencias de que la enfermedad diseminada (metastásica) no representa el estadio terminal de un único proceso evolutivo, si no que diferentes ‘especies tumorales‘ (clones) son capaces de lograr este objetivo y por lo tanto están evolucionando paralelamente.

“Hoy en día hay que entender el cáncer como una enfermedad dinámica, capaz de adaptarse y en constante evolución”, sostiene Gambera. EFE

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