En el evento, que reunió a lo más granado de la clase empresarial hondureña, Llorens expuso sobre la situación económica y financiera mundial su contexto e impacto en Estados Unidos y los desafíos para Honduras.
Llorens vaticinó que Honduras y Estados Unidos van enfrentar situaciones económicas más difíciles y graves en los próximos meses, pero confió que con un fuerte liderazgo, políticas adecuadas en el sistema de mercado y una dosis fuerte de justicia social, pasará la tormenta.
En la instalación del evento, el presidente de la CEAL, Camilo Atala, habló de la responsabilidad de la empresa privada y la “urgencia de continuar desempeñando un papel protagónico en el acontecer nacional en esta difícil encrucijada que enfrenta el mundo, actuando con verdadera responsabilidad empresarial”.
“Ante las circunstancias no queremos ser meros espectadores y se vuelve imperativo proyectarnos como ciudadanos comprometidos con un país que se enfila en la ruta del bienestar colectivo”, afirmó el empresario.
Dijo estar convencido que con una dirección clara y un esfuerzo conjunto con el gobierno y el resto de sectores de la sociedad, la empresa privada hondureña puede y debe aportar sus ideas, conocimientos y recursos para asegurarse que los efectos negativos puedan ser contrarrestados y poder aprovechar de la mejor manera las oportunidades que se abren.
Al respecto Llorens, hizo un recuento de la situación política que imperó en Honduras en la década de los ochentas y noventas, el nuevo contexto económico y político en el cual se encuentra inmerso el país y las nuevas oportunidades que se abren con el Tratado de Libre Comercio con EE UU y los retos que implica la crisis económica actual.
Empresa privada beligerante
Apuntó que la empresa privada tiene un papel clave e indispensable para lograr desarrollo crecimiento y prosperidad e indicó que en la actual situación económica mundial es bien importante asegurar una buena combinación de “nuestras políticas económicas”.
Recordó que Honduras ha cambiado mucho desde que estuvo aquí en la década de los ochentas y ahora el país está avanzado en un camino democrático-constitucional y a pesar de todas sus imperfecciones, los hondureños pueden estar orgullosos de los 27 años de transición democrática, pues se pasó de de una autocracia militar al orden constitucional.
Agregó que el país hoy goza de una serie de libertades civiles y la sociedad civil es mucho más fuerte y activa que en el pasado, pues lucha por causas que van desde el medio ambiente, los derechos humanos y los derechos de la mujer. Además cuenta con un Poder Judicial más transparente y responsable. “Es una señal clara de que la democracia que en Honduras se está fortaleciendo y tiene una base más sólida”, dijo.
No obstante, observó que a la par de estos avances se han profundizado otros problemas como la creciente pobreza, particularmente en las zonas rurales, y el avance del narcotráfico y el crimen organizado, que proporciona drogas a los jóvenes y niños y pone en precario a la institución más sagrada de la sociedad: la familia.
“La realidad es que no todo es flor de rosa. Honduras sigue siendo uno de los países más pobres del hemisferio, con más del 40 por ciento de su población viviendo con menos de dos dólares al día. A pesar de los logros en educación primaria, mortalidad materno infantil e índices de fertilidad y la caída de la tasa de pobreza en los últimos años, el país sigue atrás de algunos de sus vecinos del área”, contrastó.
En ese contexto, expresó que los problemas siguen siendo enormes y un hecho al que debe ponerse atención es que los ciudadanos libres de América Latina, están exigiendo a sus gobiernos y a sus empresarios, una manera más efectiva de responder a sus necesidades y aspiraciones.
Así que el verdadero desafío de hoy es América Latina es como los gobiernos, el sector privado y las instituciones pueden satisfacer estos deseos en un mundo turbulento y de rápido cambio. “por el clamor popular se le está exigiendo a las clases políticas, empresariales y las democracias latinoamericanas una respuesta a la demanda de justicia social”, apuntó.
Cumbre de las Américas
Llorens puntualizó que EE UU y Honduras permanecen siendo fuertes aliados y amigos, dada su larga historia de amistad y fuertes lazos entre sus respectivos gobiernos.
Dijo que se debe estar orgullosos de la comunidad hondureña-americana, que anualmente envia remesas a sus familias en Honduras por un monto de 2.5 mil millones de dólares o sea el 25 por ciento del Producto Interno Bruto del país.
El embajador destacó que la elección del presidente Barack Obama ha creado una gran expectativa en el mundo y muestra la fortaleza de la democracia estadounidense para hacer del sistema mucho más incluyente.
Apuntó que el cambio de administración también brinda la oportunidad de dar una mirada fresca a “nuestra política hacia América Latina”.
“El presidente Obama ha reunido un buen grupo de latinoamericanistas y sé que ellos están evaluando la mejor manera para que podamos enfrentar los diversos retos económicos, de gobernabilidad y de seguridad que afronta la región”.
En ese sentido, indicó que la Cumbre de las Américas a celebrarse el 17 y 19 de abril próximo, brindará la primera gran oportunidad para que el Presidente Obama pueda compartir su firme apoyo a la región y el apoyo bipartidista que EE UU tiene hacia la seguridad, la prosperidad y la democracia en las Américas.
Adelantó que la Cumbre contempla una agenda completa que incluye temas como la crisis financiera internacional, la pobreza, la seguridad alimentaria, la seguridad energética y la necesidad de desarrollar fuentes de energía renovable.
“Nuestra política hacia la región se basa en la búsqueda de nuestros intereses nacionales y esos cambian aunque las políticas para avanzar esos intereses sean diferentes. Los demócratas y los republicanos apoyan los mismos intereses fundamentales de la región para un hemisferio estable, próspero y democrático”, acotó.
Crisis financiera
En torno a la crisis financiera mundial, Llorens no ocultó que las dificultades económicas en Estados Unidos y en el mundo tendrá un impacto directo en las economías latinoamericanas, pero indicó que el nuevo gobierno de EE UU están tomando las medidas para reactivar la economía que permita cambiar las condiciones, generar el empleo y restaurar los flujos de crédito y recuperar los valores de propiedad y las bolsas.
Con respecto a América Latina, el diplomático estadounidense planteó la importancia que los gobiernos y los sectores privados trabajen juntos para atenuar los efectos de la crisis. “creo que ambas naciones pueden esperar lo mejor, pero deben prepararse para lo peor”, dijo al referirse a Honduras y EE UU.
En tal sentido, Llorens advirtió que los empresarios tendrán que mostrar liderazgo sobre sus empresas, asumir una fuerte responsabilidad, ser más competitivos y tener la visión y confianza en el futuro. “La historia no los exige y nos juzgará mal si no estamos a la altura para enfrentar el momento”.
“Mi labor como embajador es fomentar y desarrollar una relación bilateral más fructífera y cooperar enteramente con los temas de común interés. Tenemos una agenda positiva y ambiciosa para Honduras y los niveles de cooperación son amplios y reflejan la fuerza de nuestra relación”, concluyó.