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Peronistas, oficialistas y opositores, acaparan votos en Argentina

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Buenos Aires – «Todos son peronistas y todavía no se han dado cuenta», dijo hace unas semanas la presidenta argentina, Cristina Fernández, en una síntesis perfecta del peculiar escenario político del país, donde los seguidores de Juan Domingo Perón, sean oficialistas u opositores, acaparan los votos en este año electoral.
 

En las primarias de agosto último, ensayo de las legislativas del próximo día 27, los «herederos» del fallecido tres veces presidente de Argentina sumaron, entre sus distintas vertientes, el 47 % de los votos a nivel nacional.

Ello sin contar el 6 % que obtuvo en todo el país Unión Pro, un frente liderado por el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, quien, sin ser peronista, está secundado por varios dirigentes de ese origen político.

A nivel orgánico, el Partido Justicialista (PJ) es un paraguas bajo el que se guarecen afiliados que, ideológicamente, van desde la izquierda hasta la derecha, aunque es liderado por la corriente de turno en el poder, en este caso, el Frente para la Victoria que conduce Cristina Fernández y que en las primarias se mantuvo como primera fuerza a nivel nacional, con un 28 % de los votos.

«El peronismo ha venido funcionando como un gran digestor de las contradicciones argentinas. Pareciera que al interior del justicialismo se procesan estas contradicciones, muchas veces con disputas descarnadas de poder», dijo a Efe Jorge Arias, de la consultora Polilat.

Según el analista político, la sociedad «se ha ido acostumbrando a que el peronismo tiene una capacidad de gestionar el poder» y ello se vuelve un «activo importante a la hora de las opciones electorales».

En las primarias, esto ha quedado evidenciado en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, donde el 76,58 % de los votos fue para candidatos a diputados de origen peronista, con Sergio Massa, exjefe de Gabinete de Fernández y hoy opositor, a la cabeza (34,94 %), secundado por el kirchnerista Martín Insaurralde (29,6 %) y otras dos alternativas peronistas.

«Esto es bastante difícil de entender si no se es argentino. El peronismo no es un partido político, es un movimiento social y, como tal, tiene muchísimas divisiones en su interior. Hay peronismo de izquierdas, hay peronismo de derechas», dijo a Efe Virginia García Beaudoux, codirectora del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano.

Según la experta, muchas veces las elecciones «parecen internas del peronismo y no elecciones generales», como sucedió en las presidenciales de 2003, con tres candidatos peronistas en pugna.

«El peronismo es casi un partido hegemónico. Es bastante improbable la posibilidad de que la próxima presidencial de 2015 la gane alguien que no haya provenido del PJ», dijo Beaudoux.

Para Jorge Arias, pese a sus múltiples divisiones internas, el peronismo tiene sin embargo «capacidad» para interpretar las necesidades de la sociedad y sus aspiraciones de cambio y generar nuevos liderazgos desde el seno de esta «especie de poliedro de muchas caras que es el justicialismo».

Entre las muchas frases atribuidas a Perón (1895-1974) hay una muy elocuente: «Los peronistas somos como los gatos: cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos reproduciendo».

Arias apunta que esta «habilidad para revivificarse» pareciera renovarse por estos días con el «surgimiento del estrellato» de Massa, «un hombre joven que logra aparentemente transmutar a la sociedad un liderazgo con una fuerza suficiente para enfrentar al kirchnerismo y eventualmente sepultarlo».

Ante este ascenso de Massa, algunos dirigentes de la oposición no peronistas han sembrado la duda sobre una posible alianza futura entre el exjefe de Gabinete y los kirchneristas.

Para Beaudoux esa posibilidad es «difícil» que se concrete, pero no imposible.

«En el peronismo todo es posible. Lo hemos visto muchísimas veces: personajes que aparecen tremendamente enfrentados después terminan pactando y haciendo algo en conjunto. Los peronistas se pelean hasta las elecciones, pero se unen para gobernar, en general esto es así», sostuvo.

Este 17 de octubre, en el que los peronistas celebran el «día de la lealtad» a su fundador, encuentra a los militantes divididos entre los seguidores incondicionales del kirchnerismo y sus detractores.

Pero, como decía también Perón, vale recordar que «para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista».


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