San Pedro Sula – A eso de las 3:30 de la madrugada de este viernes, partió desde las instalaciones de la Gran Central Metropolitana de Buses de San Pedro Sula, la segunda caravana migrante de 2020, aunque mucho menos numerosa a la que salió el 15 de enero pasado.
En ese sentido, entre 150 y 200 hondureños emprendieron la riesgosa aventura de transitar la ruta migratoria con el objetivo de alcanzar el sueño americano al lograr introducirse indocumentados al territorio de Estados Unidos.
Se conoció que desde horas de la tarde los miembros de esta nueva pequeña caravana se comenzaron a reunir en la Gran Central Metropolitana de Buses de San Pedro Sula y como a eso de las 9:00 de la noche decidieron la ruta que iban a tomar.
Fue así como partieron hacia la carretera que conduce al occidente del país, aunque después de una hora y media de caminar, decidieron descansar a inmediaciones del puente de Chamelecón hacia Cofradía ya que la mayoría ya estaban cansados pues en la caravana van varios menores.
Se conoció que varios de los integrantes de este nuevo éxodo son miembros de la primera caravana que salió el 15 de enero pasado y que han sido deportados, pero que, pese a ello, han decidido volverse a arriesgar.
Algunos de ellos manifestaron que se habían quedado varados en la Gran Central de San Pedro Sula, ya que la empresa de transporte que los trasladaría a sus lugares de origen luego de ser deportados, no está prestando el servicio porque el gobierno no le ha pagado.
En esta nueva caravana está integrada por varias madres que van acompañadas de sus hijos incluso recién nacidos quienes indicaron que lo que buscan es un bienestar para sus vástagos y por eso están dispuestas a enfrentar todos los inconvenientes que encontrarán en el camino.
Pretenden llegar primero a la aduana de Agua Caliente en Ocotepeque para introducirse a territorio guatemalteca y luego a México donde se encontrarán con una férrea barrera por parte de la Guardia Nacional de ese país.
Esperan que conductores de camiones, vehículos pick-up y de autobuses se apiaden de ellos para poder avanzar en su periplo.
