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Papa revoluciona pequeña localidad de Argentina con entrevista radial

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Buenos Aires – El papa Francisco revolucionó hoy a una pequeña localidad del centro de Argentina al conceder una entrevista telefónica en vivo a una radio parroquial en la que reivindicó la religiosidad popular y reiteró la necesidad de una Iglesia «en camino» y «de salida».
 

«Los llevo dentro de mi corazón y el trabajo que ustedes hacen me hace feliz», dijo el Papa a los sacerdotes que le entrevistaron, uno de los cuales ordenó el propio Francisco, y que trataron todo el tiempo «de vos» al Sumo Pontífice.

El diálogo fue con la radio parroquial Virgen del Carmen, de Campo Gallo, una pequeña localidad de la central provincia de Santiago del Estero, y cuya parroquia cubre una área bastante extensa de monte, donde los sacerdotes realizan su trabajo pastoral y social con la gente.

Decenas de lugareños se reunieron en el salón parroquial y a las afueras del templo para seguir la entrevista, que fue retransmitida por otras radios por internet, ya que la emisora parroquial no cuenta con esa alternativa.

«Tengo una convicción muy grande: nuestro pueblo no se equivoca y adora sólo a Dios. Pero junto con esta adoración a Dios, sabe que Jesús dejó a nuestra Madre para que nos cuidara. Nuestro pueblo no adora a la Virgen, la quiere, la honra. (…) Nuestro pueblo no es guacho (huérfano), nuestro pueblo tiene una Madre», dijo el Papa.

El Sumo Pontífice, quien fue quien llamó a la radio para esta entrevista, dijo que este «cariño» y la veneración a la Virgen y la adoración a Dios es el «núcleo» de la piedad popular latinoamericana.

Francisco señaló que «en la Iglesia cada uno tiene una función, un trabajo que hacer, una vocación» y sostuvo que «la Iglesia se sostiene por la oración de los fieles, por la misa y la eucaristía».

El Papa agradeció a quienes rezan por la Iglesia y también a quienes «se privan de algún bien o de dinero para dárselo» a las comunidades eclesiales con necesidades, como la de Campo Gallo.

«Pero de manera especial quiero mencionar a dos grupos de personas, a los que Jesús mira con más cariño: los abuelos y los chicos, que rezan por ustedes», dijo Francisco.

Recordó que Jesús fundó una Iglesia «en camino», «peregrina», y advirtió que cuando «está quieta, deja de ser Iglesia» para convertirse en una «asociación civil».

«La nuestra es una Iglesia en doble salida: una salida hacia Dios, con la adoración a Dios y la oración, y otra salida hacia los hermanos, para ayudarles, acompañarlos, cumplir las obras de misericordia que Jesús mismo nos enseñó», sostuvo.

Reiteró que «cuando una comunidad cristiana está quieta le pasa lo que al agua cuando está quieta: el agua estancada es la primera que se corrompe».

«Trabajar por la unidad es importante. Siempre va a haber peleas, divisiones. El asunto es no dejarlas crecer. Dejar que las cosas se arreglen entre hermanos y, cuando no se pueden arreglar entre hermanos, hablar de esas cosas con Dios y no sacarle el cuero (criticar) a nadie entre nosotros», afirmó.

Consideró que «una de las cosas que hace más daño a la Iglesia, a la nación y a los pueblos es la crítica destructiva», algo que, subrayó, «no es cristiano».

Preguntado sobre la escasez de sacerdotes, el Papa pidió orar a Dios para que mande pastores y les dijo a los jóvenes que, si sienten un llamado vocacional al sacerdocio, «no tengan miedo» y «vean todo el bien que pueden hacer».

«La vida es para jugarla, no es para guardarla. La vida es para darla. Así uno es fecundo. Hay que apostar a cosas grandes», sostuvo.
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