Tegucigalpa – El sexto día de la caminata por el diálogo entre los políticos inició a las 5:00 de la mañana para el padre Leopoldo Serrano, que aboga por que los políticos cesen los insultos y que promuevan la paz.
“Hoy es el sexto día, ya perdí la noción del tiempo, el sexto día de sacrificio, por la paz, el diálogo y la no violencia”, dijo en momentos en que pasaba frente al Lago de Yojoa, ubicado entre los departamentos de Comayagua, Cortés y Santa Bárbara.
Al avanzar sobre el kilómetros 91 entre San Pedro Sula, Cortés y Tegucigalpa, Francisco Morazán, el padre Leo, como es conocido entre la feligresía de occidente, presenta además del cansancio, el golpe de cada paso, con la planta de sus pies con llagas y a punto de perder algunas uñas.
El sacerdote reiteró, mientras caminaba a paso lento sobre la CA-5, su solicitud a todos los presidenciables hondureños que participarán en los comicios del 30 de noviembre, que se reúnan “escríbanme para que nos podamos reunir porque es un momento de preocupación porque se habla de esa marcha del 16 de agosto, y algunos están en contra de esto que yo estoy haciendo”, mencionó.
“No es posible, hermanos, estoy dando mi vida, por este país para que los candidatos se puedan sentar a discutir y no solo temas de política”, indicó.
El padre Leo pidió a los presidenciables que eviten los insultos en sus campañas políticas, porque si ellos son los sembradores, qué es lo que están sembrado”, cuestionó tras recordar que cuando se siembra odio, se cosecha odio, porque el odio lo siembran no solo en el partido, en todo Honduras, donde los seguidores de los opositores a la marcha, se convierten en reproductores de ese odio.
“Yo estoy en contra de que los hondureños estemos disgustados… yo lo que estoy creando aquí no es por crear fama, no porque me admiren sino que yo quiero que con el dolor de mi cuerpo, de mis pies, ese dolor llegue a todos, para que pueda convertirlos a todos los hondureños”, afirmó al destacar su experiencia con un grupo de agentes policiales que le pidieron su intercepción y su bendición, al igual que unos jóvenes evangélicos.
En esta jornada, el padre Leo se enfrenta a la Cuesta del Carrizal, uno de los desafíos que ya enfrentó en esta su primera caminata del año hace apenas unos meses.
Mientras continuaba su caminata, el sacerdote pidió que oren por él y reconoció que cuando critican su sacrificio es como una piedra más en el zapato, pero aseguró que aunque duela, seguirá su recorrido. VC
