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Ortega inicia campaña electoral, sin oposición y con mayor avidez de poder

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Managua – El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y su líder, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, inician hoy la campaña para las elecciones de noviembre sin un competidor claro, y con una oposición que llama a la abstención tras quedar fuera de los comicios.

Aproximadamente 4,17 millones de personas mayores de 16 años de edad están aptas para votar, en unas elecciones en las que Ortega busca su cuarto mandato y tercero consecutivo, ahora con su esposa Rosario Murillo como aspirante a la Vicepresidencia.

La primera dama prometió este sábado seguir promoviendo «la tranquilidad, la seguridad y la paz» en el nuevo período de Gobierno, en un discurso en el que dio por iniciada la campaña electoral del partido oficialista.

De los cinco pequeños grupos que competirán con el sandinismo, solamente abrió hoy su campaña electoral el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que celebra una caravana por las calles de Managua con su candidato, el exguerrillero de la «contra» Maximino Rodríguez, a la cabeza.

El 6 de noviembre próximo los nicaragüenses elegirán a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen) para un período de cinco años.

Los comicios han sido calificados como una «farsa» por los opositores, la sociedad civil, empresarios, religiosos y personajes prominentes de Nicaragua.

El malestar se debe a que Ortega y el FSLN tienen allanado el camino para ganar las elecciones, luego de que los poderes Judicial, Electoral y Legislativo anularon al principal grupo opositor y la observación electoral.

«Nos quieren imponer una familia en el poder, de por vida (…) no tenemos por quién votar, pero tenemos un país por el cual luchar, una Nicaragua en libertad», resaltó hoy el disidente Movimiento Renovador Sandinista (MRS), en una declaración pública.

La principal coalición opositora, el MRS y algunas organizaciones que promueven la democracia han llamado a una «abstención activa», es decir, no votar, pero además hacer actividades que demuestren el rechazo hacia las elecciones.

Hasta el 8 de junio pasado los comicios en Nicaragua eran básicamente un asunto de dos, el FSLN y el Partido Liberal Independiente (PLI), pero el Tribunal Electoral decidió quitar la representación legal de esta organización al diputado opositor y excanciller, Eduardo Montealegre, para otorgarla a Pedro Reyes, un hombre sin actividad política reconocida.

Con el rechazo de los miembros del PLI hacia Reyes, nuevo dirigente del partido, los principales opositores quedaron inhibidos de participar en las elecciones, pero tenían una voz de minoría en la Asamblea Nacional.

No obstante esta voz cesó hasta el 29 de julio cuando el Consejo Supremo Electoral solicitó al Legislativo destituir a 28 diputados opositores (16 propietarios y 12 suplentes) por negarse a obedecer órdenes de Reyes, quien es señalado de ser aliado del FSLN.

Desde entonces las votaciones en el parlamento nicaragüense han sido unánimes, en favor del oficialismo, con el apoyo del PLI liderado por Reyes.

Además de Ortega como candidato del FSLN, aspiran a la presidencia Mximino Rodríguez por el PLC, el abogado Erick Antonio Cabezas por el Partido Conservador y el reverendo Saturnino Cerrato por la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).

De igual forma lo hacen el empresario Carlos Canales por la Alianza por la República (Apre), y Reyes por el PLI, casi todos vistos como colaboradores del oficialismo.

El Consejo Supremo Electoral (Cosep) y el clero se han mostrado preocupados por la instalación de un «régimen de partido único» en Nicaragua, mientras tanto, organizaciones feministas tildaron el actuar de Ortega como el de «una dictadura dinástica».

El 1 de agosto pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos «urgió» a Nicaragua a «unas elecciones creíbles» y sostuvo que «la pluralidad política son fundamentales para cualquier democracia fuerte».

La Unión Europea también se pronunció en favor de la separación de poderes y la libertad de expresión, además de resaltar que «la competencia política lleva a un mejor gobierno y resulta en un mejor resultado socioeconómico para afrontar la pobreza, que está en el centro de nuestra agenda de cooperación con el Gobierno de Nicaragua».

A pesar de las preocupaciones, al oficialismo lo respaldan las encuestas, ya que Ortega encabeza la intención de voto con 62,8 %, según el último sondeo de la firma local M&R Consultores.

Contrario a otros procesos electorales, los partidos en contienda no anunciaron actos nacionales para lanzar sus campañas para las elecciones del 6 de noviembre.

Si Ortega gana los comicios, podrá sumar 14 años consecutivos en el poder, en los que se ha caracterizado por su fidelidad a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Rusia.

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