Según Ortega, estas garantías igualmente las deben de tener los líderes de la resistencia en Honduras, pero no informó si asistirá mañana a la reunión de presidentes y delegados de Centroamérica y República Dominicana, que se celebrará en El Salvador para examinar el proceso de integración regional.
El líder sandinista dijo que el golpe de Estado que el 28 de junio de 2009 sacó del poder a Zelaya «produjo el milagro de que ahora exista en Honduras una resistencia popular».
«Nosotros estamos trabajando para ver cómo se normalizan las relaciones con el Gobierno de Honduras y hemos avanzado en los campos económico, social y el desarrollo del Golfo de Fonseca (en el Pacífico)», señaló Ortega.
No obstante, enfatizó que existe una limitación y es que «está viva la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) y hay que crear condiciones para que esta resolución sea cambiada, y cuando esto ocurra ya no sea problema (…) normalizar las relaciones en todos los campos con el hermano pueblo hondureño».
Esa resolución de la OEA manda que la democracia se restituya en Honduras para que los gobiernos miembros del organismo continental reconozcan a las autoridades hondureñas.
Ortega conmemoró la efemérides sandinista acompañado de los presidentes de Osetia del Sur, Eduard Kokoity, y de Abjasia, Seguei Gapapsh, del vicepresidente de Cuba, Ramiro Valdés, así como de delegaciones de partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones de jóvenes y sindicatos de América Latina y el Caribe.