Tegucigalpa – En los departamentos de Olancho y Colón se han destruído 13 han pistas clandestinas de aterrizaje, denominadas Por las autoridades como Áreas Clandestinas de Aterrizaje (ACA), en lo que va de este 2022.
-Desde 2014 las destrucciones de ACA se concentran en Gracias a Dios, Colón, Olancho y Cortés.
Curiosamente este año no se han inhabilitado ACA en el departamento de Gracias a Dios, lugar donde se concentra el mayor número de “narcopistas” inhabilitadas desde 2014 que se inició con la destrucción a través de las Fuerzas Armadas por medio de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Según los datos proporcionados por las Fuerzas Armadas a Proceso Digital desde 2014 al 23 de noviembre del presente año se han destruido 341 “narcopistas”.
De las 341 “narcopistas” destruidas 52 fueron en 2014; 60 en 2015; 26 en 2016; 37 en 2017; 61 en 2018; 36 en 2019; 35 en 2020; 21 en 2021 y 13 en 2022.
En los años 2014, 2015 y 2018 son los años donde más “narcopistas” se destruyeron con un total de 173 en esos tres años.
Mientras que, en 2016, 2021 y el presente año son los que reporta el menor registró de pistas inhabilitadas.
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Olancho
En el presente año de las 13 ACA destruidas 11 se han registrado en el departamento de Olancho, nueve de ellas en San Esteban y dos en Dulce Nombre de Culmí.
Nunca en la historia del país se habían destruido casi una decena de narcopistas en una sola operación de las fuerzas de seguridad del Estado, lo que dispara las alarmas y voltea la mirada hacia este departamento que forma parte de la ruta del narcotráfico en su viaje desde el sur del continente hasta Estados Unidos.
Las operaciones del narcotráfico son cada vez más evidentes, eso se colige de las cotidianas siembras de coca e incautación de drogas, así como el hallazgo de narcolaboratorios, viveros y plantaciones de marihuana.
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Un día puede durar la destrucción de una ACA
La destrucción de una narcopista puede llevar hasta un día por parte del equipo especializado de las Fuerzas Armadas, además del recurso logístico que suele ser costoso.
Además, es importante mencionar que la construcción de una pista clandestina trae daños considerables al ambiente y la biodiversidad, la que también sufre un segundo impacto cuando se procede a su destrucción.
Para construir una ACA se destruyen árboles y el hábitat de fauna única en las zonas selváticas hondureñas, especialmente en La Mosquitia y áreas agrestes de Olancho y Colón.
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