San Salvador – La Organización de Estados Americanos (OEA) destacó hoy, al desplegar sus observadores, que las elecciones legislativas y municipales del próximo domingo reflejan la consolidación y apertura de la democracia en El Salvador.
El Salvador «ha ido desarrollando desde los Acuerdos de Paz su sistema electoral, que apreciamos se consolide», remarcó la jefa de la Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA, la peruana Lourdes Flores.
Los Acuerdos de Paz, que acabaron con la guerra civil que el país sufrió desde 1980, cumplieron 20 años el 16 de enero pasado y desde su firma en 1992 no sólo se celebran elecciones ininterrumpidamente sino que también la extinta guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ((FMLN) hoy es el partido en el poder.
«El sistema electoral y el sistema de partidos viene asentándose de manera muy clara en El Salvador», declaró Flores a los periodistas tras reunirse con el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Eugenio Chicas.
«Cada pueblo encuentra su camino para consolidarse democráticamente y El Salvador lo ha encontrado», apostilló.
Flores apuntó que los 23 miembros de la MOE empezaron hoy su desplazamiento y que, a pesar de ser «una pequeña delegación», observarán las elecciones en los 14 departamentos del país.
Unos 4,5 millones de salvadoreños están convocados para elegir a los 84 diputados de la Asamblea Legislativa y los 262 alcaldes para el período 2012-2015.
En estos comicios se estrenará el voto preferencial o por candidatos, aunque se mantiene el tradicional sufragio por partidos, y el voto residencial se ampliará a 185 de los 262 municipios, después de haberse aplicado en siete en 2006 y en 23 en 2009.
El TSE ha acelerado la distribución de los 9,9 millones de papeletas, otros materiales y equipos que se utilizarán en los 1.148 centros de votación que habrá en todo el país, 972 para el voto residencial y 176 para el tradicional, según fuentes del organismo.
Flores subrayó que la votación preferencial «le da al ciudadano mayor poder» para elegir, al tiempo que «se remece la fuerza del partido», pues un candidato «que estaba abajo de la lista puede pasar a estar arriba (en la votación), desplazando a veces a figuras notables de los partidos políticos».
Sin embargo, en El Salvador esta modalidad es limitada porque no permite votar por candidatos de distintos partidos.
El coordinador del área Política de Iniciativa Social por la Democracia (ISD), un organismo independiente salvadoreño, René Landaverde, dijo que «no» hay indicios de fraude, pero advirtió que «el escrutinio final es el momento más crucial que hay que estar observando», dado el nuevo sistema.
Argumentó que existe el riesgo de que «los miembros de la junta receptora de votos no le pongan las marcas a algunos candidatos y se las pongan a otros candidatos de acuerdo a alguna orientación del partido».
Lorena Manzo, observadora de la Fundación Share de Estados Unidos, invitada por la ISD, dijo a Efe que se ha detectado «un poco de confusión» en algunos ciudadanos ante el nuevo sistema, pero señaló su importancia como «experimento».
«Después de que pasen las elecciones supongo que va a haber algún tipo de evaluación y el mismo sistema de Gobierno o la comunidad va a decidir si valía la pena o no», dijo Manzo.
El TSE anunció la semana pasada que esperaba más de 1.600 observadores locales e internacionales, pero aún no ha dado la cifra definitiva.
Entre los observadores internacionales también figuran 14 del Gobierno de Paraguay, dos de la Unión Europea, de carácter técnico, y varios de la Unión Interamericana de Organismos Electorales.
Instituciones públicas y privadas salvadoreñas también desplegarán cientos de observadores, algunos de ellos extranjeros.
Con motivo de los comicios, las autoridades salvadoreñas decretaron hoy la «ley seca» o prohibición de la venta de bebidas alcohólicas desde mañana hasta el lunes.
Según los sondeos, el FMLN y la opositora Alianza Republicana Nacionalista llegan en una estrecha pugna a estas elecciones, en las que participarán otros siete partidos.
Los Acuerdos de Paz, que acabaron con la guerra civil que el país sufrió desde 1980, cumplieron 20 años el 16 de enero pasado y desde su firma en 1992 no sólo se celebran elecciones ininterrumpidamente sino que también la extinta guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ((FMLN) hoy es el partido en el poder.
«El sistema electoral y el sistema de partidos viene asentándose de manera muy clara en El Salvador», declaró Flores a los periodistas tras reunirse con el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Eugenio Chicas.
«Cada pueblo encuentra su camino para consolidarse democráticamente y El Salvador lo ha encontrado», apostilló.
Flores apuntó que los 23 miembros de la MOE empezaron hoy su desplazamiento y que, a pesar de ser «una pequeña delegación», observarán las elecciones en los 14 departamentos del país.
Unos 4,5 millones de salvadoreños están convocados para elegir a los 84 diputados de la Asamblea Legislativa y los 262 alcaldes para el período 2012-2015.
En estos comicios se estrenará el voto preferencial o por candidatos, aunque se mantiene el tradicional sufragio por partidos, y el voto residencial se ampliará a 185 de los 262 municipios, después de haberse aplicado en siete en 2006 y en 23 en 2009.
El TSE ha acelerado la distribución de los 9,9 millones de papeletas, otros materiales y equipos que se utilizarán en los 1.148 centros de votación que habrá en todo el país, 972 para el voto residencial y 176 para el tradicional, según fuentes del organismo.
Flores subrayó que la votación preferencial «le da al ciudadano mayor poder» para elegir, al tiempo que «se remece la fuerza del partido», pues un candidato «que estaba abajo de la lista puede pasar a estar arriba (en la votación), desplazando a veces a figuras notables de los partidos políticos».
Sin embargo, en El Salvador esta modalidad es limitada porque no permite votar por candidatos de distintos partidos.
El coordinador del área Política de Iniciativa Social por la Democracia (ISD), un organismo independiente salvadoreño, René Landaverde, dijo que «no» hay indicios de fraude, pero advirtió que «el escrutinio final es el momento más crucial que hay que estar observando», dado el nuevo sistema.
Argumentó que existe el riesgo de que «los miembros de la junta receptora de votos no le pongan las marcas a algunos candidatos y se las pongan a otros candidatos de acuerdo a alguna orientación del partido».
Lorena Manzo, observadora de la Fundación Share de Estados Unidos, invitada por la ISD, dijo a Efe que se ha detectado «un poco de confusión» en algunos ciudadanos ante el nuevo sistema, pero señaló su importancia como «experimento».
«Después de que pasen las elecciones supongo que va a haber algún tipo de evaluación y el mismo sistema de Gobierno o la comunidad va a decidir si valía la pena o no», dijo Manzo.
El TSE anunció la semana pasada que esperaba más de 1.600 observadores locales e internacionales, pero aún no ha dado la cifra definitiva.
Entre los observadores internacionales también figuran 14 del Gobierno de Paraguay, dos de la Unión Europea, de carácter técnico, y varios de la Unión Interamericana de Organismos Electorales.
Instituciones públicas y privadas salvadoreñas también desplegarán cientos de observadores, algunos de ellos extranjeros.
Con motivo de los comicios, las autoridades salvadoreñas decretaron hoy la «ley seca» o prohibición de la venta de bebidas alcohólicas desde mañana hasta el lunes.
Según los sondeos, el FMLN y la opositora Alianza Republicana Nacionalista llegan en una estrecha pugna a estas elecciones, en las que participarán otros siete partidos.
