Además, el mandatario apuntó que esta desigualdad se ha convertido en el «mayor desafío», por lo que insistió: «aunque no podemos prometer igualdad de ingresos, sí tenemos que garantizar igualdad de oportunidades».
Obama subrayó que las estadísticas muestran «no solo que los niveles de desigualdad de ingreso en EEUU están cerca de la de países como Jamaica y Argentina, sino que es más difícil hoy para un niño estadounidense mejorar su posición en la vida de lo que es en la mayoría de nuestros aliados ricos, como Canadá o Francia».
«Ellos tienen mayor movilidad social que nosotros, no menos», indicó, al destacar que los ingresos de un niño deberían estar marcados la «ética de trabajo» y no por el «código postal» en el que viven.
Por ello, volvió a insistir en la necesidad de que el Congreso eleve el salario mínimo federal, que actualmente se encuentra en 7.25 dólares a la hora.
«Ya es hora de que subamos el salario mínimo. Seguiré empujando hasta que consiga una mayor salario mínimo para los estadounidenses que trabajan duro en todo el país», dijo Obama, quien ya realizó este llamado en su discurso sobre el Estado de la Unión a comienzos de año.