Según el canal de televisión MEGA, cientos de manifestantes arrojaron piedras y hasta trozos de pavimento contra vehículos y vitrinas de tiendas, a lo que la policía contestó con el lanzamiento de gases lacrimógenos.
Estos incidentes ocurrieron a pocos cientos de metros del cementerio del barrio ateniense de «Nea Smirni», donde un centenar de personas despedía a Alexander Grigoropulos, de 16 años, a los gritos de «no te olvidaremos» y «tú nos guías».
El canal de televisión ALPHA informó de que los gases lacrimógenos lanzados por la policía sembraron el pánico en el cementerio, cuyas puertas fueron cerradas por razones de seguridad.
Mientras tanto, en la ciudad portuaria de Salónica, en el norte de Grecia, también se produjeron por cuarto día consecutivo graves disturbios.
Los enfrentamientos entre la policía y los radicales se extendieron al puerto de la ciudad, en donde unos 200 radicales se mezclaron con unos 2.000 manifestantes pacíficos y comenzaron una batalla campal con los agentes.
Los violentos fueron dispersados con la ayuda de gases lacrimógenos por la policía que fue atacada con piedras y bombas incendiarias.
También en el centro de Atenas se produjeron nuevos disturbios por la tarde y la policía detuvo a unas 150 personas, entre ellas también varios menores de edad.
Los enfrentamientos del centro capitalino se extendieron a los entornos del Parlamento y a la avenida que lleva al cuartel general de la policía. A su paso, los manifestantes prendieron fuego a numerosas tiendas y vehículos, informaron las cadenas atenienses.
Mientras tanto, el primer ministro, Costas Caramanlis, solicitó hoy a los sindicatos que suspendan la concentración que estaba prevista para mañana, con motivo de la huelga general de 24 horas, para evitar nuevos incidentes.
«En los últimos días, algunos han encontrado como excusa la muerte del joven alumno para hacer acciones de increíble violencia», señala una carta de Caramanlis enviada a las centrales sindicales.
En la misiva se añade que respeta el derecho a las protestas y a las reivindicaciones, pero debido a las circunstancias «les pido que pospongan la concentración para evitar que algunos se aprovechen y causen nuevas acciones violentas».
La huelga general había sido convocada la semana pasada por la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE), que representa a un millón y medio de empleados del sector público y privado, y por la Unión de Empleados Civiles (ADEDY), que cuenta con unos 500.000 afiliados, para protestar contra la actual situación económica.
Un portavoz de la GSEE dijo a Efe que la petición de Caramanlis será rechazada y que los sindicatos no desconvocarán la huelga y celebrarán una gran concentración en Atenas, aunque no realizarán una marcha por la ciudad como tenían previsto.