Nairobi – La reducción de fondos humanitarios y las dificultades para obtener asilo agravaron en 2024 la situación de la población de Honduras, cuya crisis de desplazados fue una de las diez más desatendidas del mundo el pasado año, informó este martes el Consejo Noruego de Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés).
«Mientras se estrecha el espacio humanitario, se reducen los fondos y se restringen el acceso a asilo y las vías de reasentamiento, los riesgos a los que se enfrenta la población hondureña se multiplicarán en el próximo año y las opciones para un futuro seguro disminuyen», alertó el NRC en un informe.
Honduras ocupa la novena posición en la clasificación de las diez crisis humanitarias más desatendidas del mundo que elabora anualmente la organización, y que está encabezada este año por Camerún, Etiopía y Mozambique.
Según el NRC, solo un 36,2 % de los 2,8 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en el país centroamericano la recibieron el pasado año, mientras la violencia de las bandas armadas y los fenómenos climáticos extremos siguieron forzando a la población a abandonar sus hogares.
En 2024, unos 245.000 hondureños estaban en el proceso de buscar asilo mientras al menos 100.000 se encontraban desplazados en el interior del país por la violencia, detalló la ONG, al señalar que estas cifras probablemente «subestiman» la realidad.
«La presencia y el control enquistado de bandas, carteles y grupos criminales siguieron obligando a la gente a huir y restringiendo el acceso a ayuda», destacó la organización.
Los programas de reasentamiento permitieron a 7.000 personas empezar una nueva vida en otro país entre 2019 y 2024, la mayoría de ellos en Estados Unidos, mientras 23.000 hondureños fueron retornados forzosamente durante el año pasado, principalmente de EE.UU. y México, precisó el NRC.
La población hondureña se vio también golpeada en 2024 por los desastres climáticos, con el impacto el pasado noviembre de la tormenta tropical Sara, que provocó inundaciones y desplazamientos de tierra en cerca de un tercio del país y afectó a más de 250.000 personas.
Los fenómenos climáticos extremos, la alta tasa de desempleo, los bajos salarios y la violencia de pandillas ha multiplicado en las últimas dos décadas la migración de los hondureños hacia Norteamérica y Europa, a lo que se sumó en 2018 el fenómeno de las caravanas de migrantes.
El NRC creó su clasificación en 2017 y la elabora teniendo en cuenta tres criterios: la falta de fondos humanitarios, la falta de atención en los medios y la falta de voluntad política para poner fin a los conflictos que causan estas crisis. EFE
(vc)