Cuando se activan los procesos de elecciones generales; aparte de los procesos que le dan vida a la inscripción de partidos políticos y de sus respectivos candidatos; quizá el otro proceso de mayor interés sea el que corresponde al proceso de escrutinio que finalmente deja como saldo el nombre o los nombres de los funcionarios electos para dirigir los destinos del país y sus correspondientes departamentos y municipios por un periodo de cuatro años; esto es parte de una valoración natural en donde todos los que entran a una contienda de ese tipo, lo hacen con el firme propósito de ganar la oportunidad de hacer gobierno; aunque en muchos de estos resultados también hemos visto que a veces aun cuando se pierde, realmente se gana -me refiero a las famosas cuotas políticas que se ven de forma más clara dentro de las bancadas del poder legislativo, las cuotas de poder que suman los gobiernos locales, o en el caso de los liderazgos naturales que aún con los contenidos de campañas sucias hechas por contrincantes dentro de las campañas políticas, no logran acabar con el genuino carisma de muchos candidatos dentro de sus lugares de origen- .
Es por eso que en esta ocasión nos enfocamos en los principales elementos que conforman el proceso de escrutinio de cara a las próximas elecciones generales en donde por primera vez aspectos como: la ciencia de la informática mezclada con la matemática estadística, y porque no decirlo hasta la novedosa inteligencia del internet de las cosas -entre las que se ubican la inteligencia artificial y su modelo de manejo de algoritmos- termina siendo esencial para la administración y comprensión del gran volumen de datos que se procesan en estos escenarios en donde se juegan al menos cuatro niveles de participación desde lo presidencial, es decir el total de votos divididos entre el número de candidatos a esta categoría; el nivel municipal es decir el total de votos a este cargo en cada uno de los 298 municipios, entre el número de candidatos a alcaldes municipales; el nivel de diputaciones es decir el número total de votos a esta categoría en cada departamento entre el número total de candidatos a esta cargo; mientras que el nivel de diputados al PARLACEN sugieren el total de votos de la categoría entre el número de candidatos participantes.
Entonces siendo, así las cosas, es obvio que el rol que juega una buena preparación técnica tanto en las instituciones de gobierno que rigen este tema, en las universidades- que siempre contribuyen con sustanciosos análisis académicos postelectorales-, como en los institutos políticos de cada partido es vital para contribuir a un proceso transparente que garantice resultados aceptables y que desde todo punto de vista permitan transiciones pacíficas y democráticas del poder, tal como hemos visto en los últimos procesos llevados a cabo en América Latina.
Así vamos los hondureños, preparándonos poco a poco para esta fiesta cívica que se lleva a cabo cada cuatro años y que pronto nos dejarà con nuevas autoridades en todos los niveles aquí mencionados; por el tema que nos ocupa, es de esperar que las novedades en la sistematización del su voto y el mío, sean dadas a conocer durante estos meses que restan -esto como parte de las campañas educativas que son comunes cada vez que ocurren cambios en las leyes que sirven de marco a lo electoral- esperemos que todos los esfuerzos económicos e institucionales rindan el fruto deseado y que desde lo multisectorial estos esfuerzos sean acompañados para garantizarnos el buen proceso electoral que nos merecemos los hondureños luego de todos los desgastes que la COVID dejara en varios aspectos del desarrollo de nuestro país.
Queda esperar que ganen los mejores perfiles o al menos aquellos que tienen las mejores intenciones para ejercer como servidores públicos, aquellos dispuestos a trabajar para alcanzar una mejor condición de vida para todos -lo que todos conocemos desde lo legal como el bien común- esperemos confiados en que así será. Por ahora, hasta la próxima entrega; que estemos bien.