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“No tengamos miedo”, el breve, pero contundente mensaje de la Iglesia este domingo

Tegucigalpa – “No tengan miedo” nos dice hoy Jesús en un pasaje que serena y aclara muchas incertidumbres no solo de sus oyentes sino también de nosotros, señaló hoy el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher.

La expresión “no tengan miedo” se lee en la Biblia unas 365 veces, hasta convertirse en un llamado universal a confiar en el Señor. La expresión aparece en muy diversos pasajes, siempre con ese mismo fin de sostener nuestra fe en el amor de Dios, reflexionó.

El miedo, en sus diversas formas y motivos, es un factor paralizante, agregó.

En su origen se trata de una emoción primaria de protección ya que ante un peligro real el temor nos hace prudentes y permite buscar una defensa adecuada. Pero muchas veces el sentimiento de miedo surge de manera injustificada o desmesurada, lo que nos lleva a tomar decisiones equivocadas e innecesarias, explicó.

“Tengo miedo por falta de fe, y si me falta la fe, dudo de todo”, razonó.

De alguna manera, tener un exceso de miedo expresa una desconfianza en la presencia amorosa de Dios en nuestras vidas. No lo olvidemos nunca, Dios está con nosotros, Él nos acompaña, guarda y sostiene, externó.

El hombre y la mujer de fe no buscan la seguridad sino la fidelidad. Gozar del beneplácito de Dios no significa vivir sin conflictos y preocupaciones, sino afrontarlos “con firmeza”, agregó.

Pidamos al Señor la gracia de no dudar nunca de su presencia y aprender a leer los acontecimientos desde la fe. No con resignación ni conformismo sino con esperanza y compromiso, exhortó.

No tengamos miedo de acercarnos con serenidad a la mesa del altar, por la fe sabemos que en ella está nuestra salvación, cerró.

A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del santo Evangelio según San Lucas

Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: «Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido».

Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?» Él les respondió: «Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin».

Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.

Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida». (RO)

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