Nueva York – La ciudad de Newtown rememoró con una profunda tristeza la matanza escolar de la semana pasada, cuya conmoción ha reabierto con gran intensidad el debate sobre la limitación de la posesión de armas en Estados Unidos.
Newtown protagonizó un minuto de silencio, seguido del toque de campanas, a la hora en la que hace una semana comenzó el tiroteo, y que fue acompañado por todo el estado de Connecticut y por estados y ciudades de todo el país.
El tránsito se detuvo en la ciudad, de 27.000 habitantes, donde grupos de ciudadanos se congregaron emocionados en algunos altares improvisados en recuerdo a las víctimas, y tras los momentos de silencio se abrazaron o estrecharon las manos.
El presidente Barack Obama guardó el minuto de silencio en privado, y otras muchas instituciones y empresas se sumaron al recuerdo.
En Nueva York, las campanas de la histórica Iglesia de la Trinidad repicaron 28 veces (también por el autor de la matanza y su madre), y en la cercana bolsa de Wall Street hubo igualmente un minuto de silencio.
El pasado viernes Adam Lanza, de 20 años, después de matar a su madre en casa, se dirigió a la escuela de primaria Sandy Hook, donde mató a 20 niños de seis y siete años, así como a seis adultos, y posteriormente se quitó la vida de un disparo en la cabeza.
La matanza no es la peor de las muchas que ha sufrido este país, pero la corta edad de las víctimas y el desconocimiento sobre los motivos de su autor han causado un impacto mucho más profundo que en otros episodios.
El gobernador del estado, Dan Malloy, encabezó hoy en una iglesia de Newtown una sobria y triste ceremonia de homenaje a las víctimas, aún más melancólica por la intensa lluvia que caía en la zona.
Tras el minuto de silencio y un breve repique de campanas, se leyeron uno a uno los nombres de las 26 víctimas de la escuela, acompañados sucesivamente por un toque de campana.
«Nunca los olvidaremos, Señor, y honraremos su memoria haciendo lo que creemos que está bien. Amén», leyó una religiosa ante la iglesia.
Malloy había declarado hoy como «Día de Luto» con un minuto de silencio a la hora en la que comenzó el tiroteo y había pedido a los demás estados del país que se unieran a este «momento de reflexión y duelo», algo que también hicieron muchas otras ciudades y localidades del país.
Mientras tanto, hoy continuó la larga lista de funerales de niños y adultos, con cinco ceremonias y un velatorio. Otros dos funerales serán mañana, sábado, y el último tendrá lugar el domingo próximo.
La madre del autor, Nancy Lanza, que fue asesinada en su casa por su propio hijo antes de la matanza, fue enterrada el jueves en un lugar no precisado del estado de Nueva Hampshire y en la más estricta intimidad, según relataron amigos de la familia a algunos medios de comunicación.
En cambio, el cadáver de Adam no ha sido reclamado todavía por ningún familiar.
Mientras tanto, los investigadores policiales siguen intentando averiguar, en cooperación con agencias federales, los posibles motivos del joven.
La policía estatal de Connecticut ya ha avanzado que prevé presentar un informe final «dentro de varios meses».
La brutalidad de la matanza, en la que murieron 20 niños de 6 y 7 años, ha conmocionado al país y reabierto la siempre complicada discusión sobre cómo controlar mejor las armas en Estados Unidos y aumentar la seguridad en las escuelas.
Sin embargo, cualquier reforma afronta un complicado camino en un país que reconoce el derecho a la posesión de armas en su segunda enmienda constitucional y donde muchas personas no quieren renunciar a sus pistolas y rifles.
Obama ha puesto como límite el próximo mes de enero para que un grupo de trabajo liderado por su vicepresidente, Joseph Biden, presente propuestas para acometer «reformas reales».
Sin embargo, la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) optó hoy por pedir la protección armada de todos los colegios del país en lugar de limitar la posesión de armas.
El tránsito se detuvo en la ciudad, de 27.000 habitantes, donde grupos de ciudadanos se congregaron emocionados en algunos altares improvisados en recuerdo a las víctimas, y tras los momentos de silencio se abrazaron o estrecharon las manos.
El presidente Barack Obama guardó el minuto de silencio en privado, y otras muchas instituciones y empresas se sumaron al recuerdo.
En Nueva York, las campanas de la histórica Iglesia de la Trinidad repicaron 28 veces (también por el autor de la matanza y su madre), y en la cercana bolsa de Wall Street hubo igualmente un minuto de silencio.
El pasado viernes Adam Lanza, de 20 años, después de matar a su madre en casa, se dirigió a la escuela de primaria Sandy Hook, donde mató a 20 niños de seis y siete años, así como a seis adultos, y posteriormente se quitó la vida de un disparo en la cabeza.
La matanza no es la peor de las muchas que ha sufrido este país, pero la corta edad de las víctimas y el desconocimiento sobre los motivos de su autor han causado un impacto mucho más profundo que en otros episodios.
El gobernador del estado, Dan Malloy, encabezó hoy en una iglesia de Newtown una sobria y triste ceremonia de homenaje a las víctimas, aún más melancólica por la intensa lluvia que caía en la zona.
Tras el minuto de silencio y un breve repique de campanas, se leyeron uno a uno los nombres de las 26 víctimas de la escuela, acompañados sucesivamente por un toque de campana.
«Nunca los olvidaremos, Señor, y honraremos su memoria haciendo lo que creemos que está bien. Amén», leyó una religiosa ante la iglesia.
Malloy había declarado hoy como «Día de Luto» con un minuto de silencio a la hora en la que comenzó el tiroteo y había pedido a los demás estados del país que se unieran a este «momento de reflexión y duelo», algo que también hicieron muchas otras ciudades y localidades del país.
Mientras tanto, hoy continuó la larga lista de funerales de niños y adultos, con cinco ceremonias y un velatorio. Otros dos funerales serán mañana, sábado, y el último tendrá lugar el domingo próximo.
La madre del autor, Nancy Lanza, que fue asesinada en su casa por su propio hijo antes de la matanza, fue enterrada el jueves en un lugar no precisado del estado de Nueva Hampshire y en la más estricta intimidad, según relataron amigos de la familia a algunos medios de comunicación.
En cambio, el cadáver de Adam no ha sido reclamado todavía por ningún familiar.
Mientras tanto, los investigadores policiales siguen intentando averiguar, en cooperación con agencias federales, los posibles motivos del joven.
La policía estatal de Connecticut ya ha avanzado que prevé presentar un informe final «dentro de varios meses».
La brutalidad de la matanza, en la que murieron 20 niños de 6 y 7 años, ha conmocionado al país y reabierto la siempre complicada discusión sobre cómo controlar mejor las armas en Estados Unidos y aumentar la seguridad en las escuelas.
Sin embargo, cualquier reforma afronta un complicado camino en un país que reconoce el derecho a la posesión de armas en su segunda enmienda constitucional y donde muchas personas no quieren renunciar a sus pistolas y rifles.
Obama ha puesto como límite el próximo mes de enero para que un grupo de trabajo liderado por su vicepresidente, Joseph Biden, presente propuestas para acometer «reformas reales».
Sin embargo, la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) optó hoy por pedir la protección armada de todos los colegios del país en lugar de limitar la posesión de armas.
