Como ella son decenas de mujeres, de diversas edades, que de las más recónditas comunidades de Santa Bárbara y otros poblados de la región, llegan al hospital Santa Bárbara Integrado, donde, por lo menos dos veces al año, son atendidas por el doctor Nathan Williams y sus brigadistas.
“Llegamos hasta acá con fe porque el doctor Williams va a operar a mi mamá” dijo Sandra, una hija de Bertha Noriega quien le acompaña en su visita de valoración. Bertha es madre de siete hijos y supo de las brigadas que encabeza el doctor Williamas porque su suegra, Rosario Tróchez, quien habita de la comunidad de Ceguaca.
Fue Rosario quien le contó de las bondades médicas de este equipo de voluntarios estadounidenses que visitan Honduras dos o tres veces cada año.
El doctor Williams comenta que ha visitado este país durante una década, de forma ininterrumpida.
Sus viajes solidarios a Honduras se iniciaron luego que dos de sus hijos se establecieron en Santa Bárbara donde trabajaron, por un año, como voluntarios en el hogar de niños Reach Internacional.
“Fueron mis hijos los que despertaron este impulso pero a través del tiempo hemos hecho acá muchos amigos” dijo el médico mientras comentaba que en Honduras ha encontrado gente especial, con espíritu de unidad y solidaridad.
En sus más de 30 viajes a Honduras, Nathan Williams, quien llega desde Asheville, Carolina del Norte, EEUU, se hace acompañar de voluntarios anestesiólogos, enfermeras, oncólogos, especialistas en diversas áreas de la medicina pero también vienen con él voluntarios fuera del área médica, que logran establecer lazos con la realidad sanitaria y social de Honduras, distinta por mucho a la que perciben en su país de origen.
El doctor Nathan Williams ha efectuado en Honduras más de 200 cirugías en mujeres con cáncer y dice que continuará llegando a este país centroamericano mientras tenga fuerzas.
Él, además de sus voluntarios, cuenta con el apoyo de sus seis hijos, cinco nietos y de su esposa. Casi todos ellos le han acompañado, en diferentes momentos, en sus viajes y trabajos en tierras catrachas.
“Acá tenemos muchos lazos, construidos a través del tiempo, ellos han nutrido mi corazón, son gente honesta y agradecida” dijo al destacar la fortaleza y lo entrañable de sus relaciones con la gente de Santa Bárbara.