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Nasry Asfura, empresario constructor que busca ser el sucesor de Hernández

Tegucigalpa – También conocido como «Tito» y «Papi a la orden», el alcalde de Tegucigalpa desde enero de 2014, Nasry Asfura, es el candidato del gobernante Partido Nacional de Honduras para las elecciones de este domingo, que busca ser el sucesor de Juan Orlando Hernández.

Asfura es un empresario de la construcción, de origen palestino, que nació el 8 de junio de 1958 en Tegucigalpa, ciudad en la que como alcalde ha levantado muchas obras de infraestructura de acero y cemento para dinamizar la circulación de vehículos, dándole un aire de modernismo a algunas regiones de la capital hondureña.

Es padre de tres hijas, está casado con Lissette Del Cid y desde finales del siglo pasado ha venido ejerciendo varios cargos públicos, entre ellos regidor (concejal) de la Alcaldía de Tegucigalpa y ministro del Fondo de Inversión Social, entre otros.

En su campaña política en busca de la silla presidencial, Asfura promete «trabajo y más trabajo», mientras que las bases de su Plan de Gobierno las resume en seis puntos básicos como «Democracia ciudadana, paz social y transparencia; Desarrollo económico, generación de empleos y atracción de inversiones, y Capital humano, equidad de género, educación y salud».

Los otros pilares son «Responsabilidad fiscal y gestión transparente de los recursos públicos; Infraestructura, vivienda, agua y medio ambiente y Política exterior».

El líder del Partido Nacional va siempre de pantalón vaquero azul, camisa arremangada, del mismo color, y zapatos de trabajo de campo, aduciendo que no es un empleado para estar en una cómoda oficina.

Conduce su propio vehículo, en el que dice que ha recorrido más de 40.000 kilómetros durante su campaña «escuchando lo que la gente necesita», y por decisión suya nunca ha inaugurado con ceremonias oficiales, ni discursos, las obras que ha construido.

Tampoco ha dejado una placa con su nombre y el de los demás directivos de la Alcaldía de Tegucigalpa en las obras públicas construidas en sus dos mandatos como jefe del gobierno local, lo que le reconocen algunos capitalinos y otros lo tildan de demagogo y haberse excedido construyendo muchas obras de acero y cemento.

Nasry Asfura, quien profesionalmente se identifica solamente como «un bachiller», que se matriculó en la Universidad en la carrera de ingeniería civil, pero no continuó, usa teléfonos móviles de vieja tecnología, a través de los cuales atiende muchos de sus asuntos de trabajo.

Algunos sectores de oposición han venido señalando que Asfura es utilizado como un peón por el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, ante una eventual posibilidad de continuar en el poder.

El alcalde capitalino ha negado esas versiones y reiterado que él busca por su cuenta ser el próximo presidente de Honduras, para lo que le pide a sus compatriotas el voto «para trabajar juntos» y «transformar el país», como ha hecho con la capital.

En 2020 Asfura fue señalado por una unidad del Ministerio Público por presunto lavado de activos, fraude, malversación de caudales públicos y abuso de autoridad, pero este año un fallo del poder Judicial descartó la posibilidad de llevarle a juicio.

Asfura ha rechazado lo señalamientos locales, lo mismo que la implicación en los Papeles de Pandora.

Su reto en las elecciones generales del domingo es darle al Partido Nacional su cuarto periodo consecutivo en el poder. JP

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