Según fuentes consultadas por Proceso Digital, no se descarta que la mayoría de estas avionetas provengan de grupos vinculados a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que estarían utilizando a Venezuela como el centro de aprovisionamiento de la droga y a Honduras como el puente para llevarla a Estados Unidos.
Recientemente el nuevo director de los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, dijo que el gobierno de Venezuela seguirá manteniendo sus vínculos con las FARC, proporcionándoles refugio como resultado de su afinidad ideológica y su interés en influir en la política colombiana
Ese país suramericano, según el director de la Central de Inteligencia Norteamericana, se ha convertido en el segundo punto de embarque de cocaína a Estados Unidos, después de Colombia y los embarques de esa droga desde Venezuela se han triplicado entre 2004 y 2008.
En función de esa afirmación, los expertos nacionales consideran que es bastante probable que las FARC hayan encontrado a Honduras un puente perfecto para mantener su mercado ilícito de drogas a EE UU y así financiar su movimiento insurgente en Colombia.
El experto y actual asesor de la Secretaría de Seguridad, Alfredo Landaverde, indicó que debido a la persecución de que son objeto, los narcos hacen uso de matrículas aéreas de varios países como Colombia, Venezuela, Ecuador y hasta norteamericanas, pero en la mayoría de los casos los registros son falsos.
Landaverde señaló que cabe la posibilidad que las FARC estén detrás del tráfico de drogas a través de avionetas con matrículas venezolanas para financiar sus actividades terroristas, pero descartó tajantemente que el gobierno venezolano colabore con ellos o preste su territorio para sus operaciones.
“Aquí todo es posible, en todas las guerras se ha utilizado, en donde se puede, el trafico de drogas. Se hizo en la guerra de Asia como en Camboya, la zona aledaña a Vietnan y también Afganistan, Pakistan. La heroína y otras drogas han circulado en medio de la guerra apoyados por uno u otros contendientes que necesitan dinero para sus operaciones”, apuntó.
Landaverde insistió que lo más seguro es que los traficantes de drogas estén utilizando el extenso territorio venezolano y la amplitud que existe en materia de aeronavegación civil para facilitar sus operaciones, pero negó cualquier posibilidad de apoyo, ya que los venezolanos también están luchando contra ese flagelo.
“Las matrículas que traen esas avionetas no son autenticas, pero si fueran no puede tomarse como una conclusión que Venezuela como Estado o como gobierno coopera con el narcotráfico, eso no es cierto, ellos tienen allá los mismos problemas”, reiteró el funcionario.
Indicó que generalmente las organizaciones dedicadas a esta ilícita actividad tienen las posibilidades de robar equipos marítimos, aéreos y terrestres o comprarlos para después abandonarlos.
Recordó que ya pasó el tiempo que los carteles tenían sus propias empresas de aviación legalizadas, pero con la persecución y el seguimiento que se les da, ahora tienen que ingeniárselas para traficar la droga.
El experto indicó que se está entrando en la época de verano y los vuelos se comenzaron a incrementarse desde el 15 de diciembre pasado, cuando comenzaron a registrarse condiciones atmosféricas bastante aceptables para vuelos diurnos o nocturnos.
Los últimos decomisos
En lo que va de 2009, se decomisaron dos narcoavionetas, una en Utila en el insular departamento de Islas de la Bahía y la otra en el sector de Farallones, en el departamento de Colón.
Ambas provenían de Venezuela, según se colige por la matrícula venezolana que ambas portaban al momento de su incautación.
En la aeronave incautada en Farallones el fin de semana, las autoridades no encontraron drogas, pero se supone que la misma traía un importante alijo del estupefaciente. Vinculado a este mismo caso las autoridades informaron hoy que se descubrieron tres cuerpos de desconocidos flotando en el mar.
Las autoridades confirmaron que esta avioneta tiene matricula Venezolana y suponen que venía de ese país.
Un portavoz de la Fuerza Naval dijo a periodistas que en la nave se encontraron de 15 a 20 galones de combustible, dos de ellos completamente llenos, dos plantas pequeñas solares generadoras de energía, una bomba de combustible, mangueras, una lancha de 24 pies de longitud con un motor de 200 caballos de fuerza y una lancha pequeña de 15 píes, sin motor.
Una de las lanchas tiene el nombre de Capitán Pirata. La avioneta presentaba siete orificios de bala en el fuselaje y las alas.
El 28 de enero pasado otra narcoavioneta fue decomisada por la Policía y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) en Utila. La aeronave transportaba más de 1,500 kilos de cocaína.
Durante esa operación hubo un intercambio de disparos con la tripulación de la aeronave, pero los narcos lograron huir por la oscuridad del lugar y en los días sucesivos no se pudo capturar a ninguno.
Más narcoavionetas venezolanas
El año pasado, las autoridades nacionales contabilizaron la detección, decomiso y destrucción de al menos doce narcoavionetas en todo el territorio hondureño, varias de ellas de origen venezolano.
El último hecho se reportó en noviembre de 2008 en Roatán en el insular departamento de Islas de la Bahía, en donde una avioneta con matrícula venezolana fue confiscada por las autoridades policiales por presuntamente transportar drogas.
La aeronave bimotor con matrícula N-323 de Venezuela aterrizó en la isla y los pilotos, un colombiano y otro venezolano, desaparecieron sin ninguna explicación.
Al parecer la avioneta ya había ingresado en varias oportunidades a territorio hondureño, según se desprendió de su plan de vuelo.
13 de octubre de este mismo año, se reportó el aterrizaje de otra avioneta en el Carrizal, San Francisco de la Paz, Olancho, donde aterrizó en un descampado y luego alzó vuelo.
En julio pasado, otra avioneta con matricula venezolana aterrizó en el Caribe de Honduras presumiblemente con un fuerte cargamento de cocaína.
La aeronave fue incendiada y como ha ocurrido en los casos anteriores los pilotos y los tripulantes no fueron capturados.
El aparato bimotor, con registro YV2442, aterrizó en un sector de la comunidad de Iriona Vieja, departamento caribeño de Colón.
A finales del año pasado y principios de este, otra avioneta con matricula venezolana YB1387, conteniendo droga aterrizó en Isletas, departamento de Colón.
Al igual que en muchos de los casos anteriores la droga no fue encontrada y los tripulantes desaparecieron sin dejar rastro.
Estas son solo algunas de todas las aeronaves que aterrizaron a Honduras en los últimos meses sin contar con aquellas que solo sobrevolaron el territorio hondureño y lanzan su carga en puntos estratégicos del país.
Agentes de la DLCN identifican a Farallones en Trujillo, departamento de Colón, en uno de los sitios predilectos de los narcos para sus operaciones.
Otro de los sitios más utilizados por los narcos es la carretera de Olanchito, Yoro, la cual tiene una recta de ocho kilómetros, que facilita el aterrizaje de las narcoaeronaves.
En la mayoría de los casos las avionetas que ingresan a Honduras son quemadas, tras las descarga de la drogas y posteriormente es llevada en lancha u otros medios hacia México y Estados Unidos, indicó la fuente de la DLCN.
Avionetas en poder de la OABI
Omar Zúniga, director de la Oficina de Bienes Incautados, confió a Proceso Digital que actualmente esa dependencia tiene bajo custodia tres avionetas con matrículas venezolanas, que serán subastadas en los próximos meses. Dos de las aeronaves se encuentran bajo cuidado de la Fuerza Aérea y otra de la policía.
A Zúniga le llama la atención que las últimas aeronaves decomisadas o que fueron destruidas en los lugares en donde aterrizaron tengan matrículas de aquel país suramericano e indicó que es posible que sea un indicio de que el tráfico de drogas desde aquella nación se incrementó en los últimos meses.
“La mayor parte son de matrícula venezolana, recordemos que muchas veces las matrículas no son las verdaderas, como sucedió con el famoso jet Gruman que dejaron abandonado en el aeropuerto Toncontín, cuyas placas de registro no eran las verdaderas”, indicó.
Agregó que las avionetas que están en custodia de la OABI fueron decomisadas en el departamento de Islas de la Bahía y otra en el sector de Farallones y apuntó que las mismas serán subastadas y el dinero se transferirá a las instituciones encargadas del combate al narcotráfico y el crimen organizado.
Aeronáutica se lava las manos
Consultado sobre la alta incidencia de avionetas con drogas que aterrizan en Honduras, el director de Aeronáutica Civil, Mario Maldonado Muñoz, evadió cualquier responsabilidad y dijo que esas aeronaves piratas no son registradas porque la institución solo regula la aeronavegación civil nacional e internacional.
Arguyó que ese tipo de aeronaves piratas no registran sus vuelos ante las autoridades de aviación civil y tampoco pueden saber de su ingreso porque no cuentan con radares para poder detectarlas, ya que son otras instituciones las que tienen esa misión o responsabilidad.