La muerte de Fredy Villanueva se produjo en la noche del 9 de agosto de 2008 cuando el joven se encontraba en un parque de un conflictivo vecindario del norte de Montreal jugando dados con un grupo de amigos, entre ellos su hermano mayor, Dany Villanueva.
Un par de agentes, Jean-Loup Lapointe y Stéphanie Pilotte, se acercaron al grupo y solicitaron a Dany Villanueva, que tenía 20 años en el momento del incidente y estaba pendiente de un juicio por robo a mano armada, que se identificase, a lo que el joven se negó.
Según la declaración de los agentes durante la investigación policial del incidente, la confrontación escaló de forma rápida hasta que uno de los policías disparó contra el grupo porque temía «resultar gravemente herido o ser asesinado».
Los disparos acabaron en la espalda a Fredy Villanueva y causaron su muerte, a la vez que hirieron a otros dos jóvenes.
Tras la publicación del informe de la Oficina Forense de Québec, la madre del joven, Lilian Villanueva, participó en una emotiva rueda de prensa en la que, entre lágrimas, dijo que su hijo «no era un matón».
Los abogados de la familia Villanueva, que llegó a Canadá procedente de Honduras en 1998, dijeron que tras recibir el informe de la Oficina Forense presentarán una demanda judicial contra el agente que supuestamente realizó los disparos, Jean-Loup Lapointe.
Uno de los abogados de la familia, Peter George-Louis, dijo durante la rueda de prensa que el informe prueba que «Fredy no era una amenaza», como declaró Lapointe para justificar los disparos, e indicó que el informe prueba que la policía no puede estar encargada de investigarse a sí misma.
Precisamente, el Gobierno de la provincia de Québec ha ordenado la creación de una institución independiente de la Policía para investigar incidentes en los que estén involucrados agentes.
La muerte de Fredy Villanueva provocó graves disturbios en el vecindario de Montreal Norte durante los que centenares de jóvenes se enfrentaron a la policía con el lanzamiento de cócteles Molotov e incluso armas de fuego.
Perreault criticó además a la Policía de Montreal y a la de Québec, quienes investigaron el suceso y determinaron que los dos agentes implicados actuaron de forma correcta.
El jefe de Policía de Montreal, Marc Parent, reconoció tras la publicación del informe que esta institución cometió errores durante la investigación del tiroteo.
Durante el transcurso de la misma, varios especialistas ya señalaron que el temor de Lapointe de que su arma sería arrebatada por los jóvenes no tenía ninguna justificación.
