Según medios locales, que citan fuentes policiales, el hincha del Djurgarden recibió el impacto de un proyectil en la cabeza y murió después de ser trasladado a un centro médico.
El encuentro -de la primera jornada del campeonato sueco- quedó suspendido en el minuto 41 de la primera parte, cuando los dos equipos empataban a un tanto, porque la noticia de la muerte del aficionado se fue extendiendo y los hinchas del Djurgarden saltaron al campo mientras gritaban «¡Asesinos, asesinos!».
El árbitro, Martin Hansson, paró el partido, mandó al vestuario a los jugadores y abandonó el terreno de juego al rato, al ver que grupos de aficionados del equipo de la víctima querían venganza.