Roma.- Álvaro Morata cerró este domingo su marcha al Galatasaray tras apenas 6 meses como jugador del Milan, club en el que ha vivido un época extraña, marcada por la llegada de Sergio Conceicao y sus aires de revolución, pero que inició algo trastabillada en lo personal y con un debut futbolístico cuanto menos rocambolesco.
Morata se erigió rápido como uno de los referentes del vestuario y de la afición. Su falta de gol -solo 6 en 24 partidos-, poco a poco, fue generando cierta desconfianza de parte de la grada y mermando su figura, aunque mantuvo su estatus en el vestuario hasta la llegada de Sergio Conceicao y la insistencia del club en el mexicano Santiago Giménez, dos condicionantes que terminaron por provocar la decisión de abandonar del recién llegado.
El ex del Real Madrid y Atlético de Madrid llegará al Galatasaray, tal y como informó el club este domingo, en calidad de cedido, aunque según apuntan medios locales existirá una opción de compra para el combinado turco.
La llegada de Conceicao y un posible enfrentamiento entre ambos
Morata, con Paulo Fonseca, era el líder indiscutible de la delantera. Trabajaba más fuera del área que dentro por los problemas del equipo y eso le repercutió en sus cifras, pero su influencia en el campo era notable.
Quiz su gol más importante fue el que anotó ante el Real Madrid en Liga de Campeones, en una noche que pareció reconducir el rumbo de una temporada, hasta el momento, desastrosa.
El vestuario ‘rossonero’ es un polvorín, no es un secreto. Son numerosos los enfrentamientos públicos de entrenador con jugadores. Primero Fonseca con Theo y Leao; y después Conceicao con Calabria, con el que se encaró tras una remontada ante el Parma.
La llegada del nuevo técnico, mucho más inflexible que Fonseca y Stefano Pioli, ha provocado por el momento la salida de dos jugadores. Calabria al Bolonia y Morata al Galatasaray. Y ambos tras dos enfrentamientos con el entrenador.
El de Calabria fue público, justo tras un partido. Y el de Morata, según desvelaron varios medios en Italia, en el vestuario, en el descanso ante el Dinamo de Zagreb en Liga de Campeones, partido en el español fue sustituido al descanso. Al parecer, mantuvieron una discusión tensa que influyó en la marcha del español.
Un inicio atropellado en lo personal
Ese fue su último gran capítulo como jugador ‘rossonero’, pero ha tenido varios momentos más que destacables. Su llegada a Milán fue por todo lo alto. Tanto en lo futbolístico como en lo personal. En lo primero se enfrentó de manera pública a Marco Ballarini, alcalde de Corbetta, un municipio situado a unos 30 kilómetros de Milán.
El mandatario quiso sacar pecho de que un jugador de fútbol de la talla de Morata se iba a mudar a su localidad, pero su anuncio en redes sociales provocó el enfado del español, que informó poco después que no podía ya vivir allí por falta de privacidad y para garantizar la protección de sus hijos.
Para más controversia, el alcalde comentó en el propio comunicado en el que informó que Morata iba a ser nuevo vecino de Corbetta que es aficionado del Inter: «Soy un gran aficionado del Inter, ¡pero estoy encantado de darle la bienvenida a Álvaro Morata a nuestra gran familia de Corbetta!», expresó en redes sociales.
Morata no dejó pasar por alto el anuncio y tachó de «incapaz» al alcalde: «Estimado alcalde, gracias por violar mi privacidad. Afortunadamente no tengo nada de valor, el único tesoro son mis hijos cuya seguridad ha sido perturbada por usted», escribió el jugador en Instagram.
También en lo futbolístico
En su debut con la camiseta ‘rossonera’, el 17 de agosto, salió de suplente en el duelo ante el Torino y marcó el gol que incitó el despertar del equipo. Se ganó el cariño de la afición en apenas media hora.
Saltó a San Siro en el minuto 60 de un partido en el que el Milan estaba siendo inferior. Provocó un penalti que el VAR anuló, marcó en fuera de juego, anotó después el tanto que señaló el camino del empate y se llevó una amarilla intentando coger el balón de dentro de la portería para sacar rápido.
«Penalti, fuera de juego, gol, amarilla.. me pasa de todo. A veces no se por qué me pasa todo a mí», dijo a DAZN tras el encuentro. «Pero al menos tenemos que coger lo positivo del partido. Hemos sacado un punto cuando parecía que no íbamos a sacar nada. Tenemos que sacar ese carácter desde el minuto 1», apuntó.
Líder en la primera gran derrota
Eso sí, desde su llegada mostró su intención de relanzar a un equipo muy mermado. Después de la primera gran derrota de la temporada, en octubre ante el Liverpool en Liga de Campeones (1-3), se ganó el cariño de la afición con unas declaraciones muy aplaudidas.
«Trabajar, trabajar y trabajar. Eso es lo que tenemos que hacer. No es un problema de planteamiento, de táctica. El fútbol es así. Igual que hemos encajado podíamos haber marcado. Tenemos que trabajar, cambiar como reaccionar tras los goles», dijo tras el partido.
«Theo Hernández es un líder, Rafa Leao es un líder. Hay muchos jugadores muy buenos en el equipo», comentó sobre ser un referente del vestuario nada más llegar.
Morata llegó para volver a poner el Milan en su sitio. Pero se encontró una situación muy desfavorable. Su poco rendimiento numérico tampoco ayudó y tras solo 6 meses extraños, el campeón de Europa con la selección española dio por terminada su experiencia en Milán para poner rumbo a Turquía. EFE/ir