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Luka Modric gana premio “The Best” en ceremonia sin Messi y Cristiano

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Londres – Luka Modric confirmó el cambio de trono mundial y se erigió como ganador del premio ‘The Best’ a mejor jugador del mundo para la FIFA por delante de un Cristiano Ronaldo que no acudió a la ceremonia.

El croata puso la guinda al pastel de la fantástica temporada pasada, en la que jugó un papel fundamental tanto en el Real Madrid como en su selección.

Con los blancos, Modric conquistó su cuarta Copa de Europa, tercera consecutiva, convirtiéndose en una pieza clave en el esquema de Zinedine Zidane, mientras que con la escuadra de Zlatko Dalic, Luka forjó su calidad durante el Mundial de Rusia.

Modric guió con su varita mágica en forma de pie derecho a los croatas a la primera final de su historia, levantando, además, el balón de oro del torneo.

El ’10’ del Madrid se convirtió, además, en el primer jugador en la historia en conquistar el balón de oro del Mundial, el premio al mejor jugador de la UEFA y el ‘The Best’.

Durante el discurso de ganador, Modric recordó la figura de Zvonimir Boba, capitán de la selección croata en 1998, al cual definió como «su máximo ídolo e inspiración».

A Boban, presente en la entrega de premios, se le vio llorando de emoción en las gradas.

La gala que coronó al de Zadar cambió para este año de ubicación y dejó el histórico London Palladium para trasladarse al auditorio Royal Festivall Hall, situado a las orillas del río Támesis.

Durante la sucesión a toda prisa de los premios, no faltó la notable actuación de Noel Gallagher, exmiembro de la banda británica Oasis, que dejó su sello personal en el escenario con una siempre adecuada versión de ‘Don’t Look Back in Anger’.

Quien no presenció los acordes del mayor de los Gallagher fue Cristiano Ronaldo, que aunque se presentaba como uno de los favoritos al galardón, no viajó hasta Londres, después de terminar su partido ante el Frosinone la noche pasada y tener otro encuentro con su Juventus de Turín el miércoles.

La ausencia del luso no gustó a muchos de los asistentes a la gala. Davor Suker, presidente de la Federación croata, dijo, en declaraciones a Televisión Española, que «cuando se pierde hay que tener señorío», mientras que Fabio Capello calificó su baja como «una falta de respeto» y añadió que «es posible que ganó demasiado y no le gusta perder».

El dos veces ganador de ‘The Best’, único poseedor del trofeo hasta este lunes, se quedó las puertas de su tercer entorchado junto a Mohamed Salah, que apenas contaba en las quinielas.

El premio fue entregado por Gianni Infantino que fue una de las tantas celebridades del mundo del fútbol que desfilaron a lo largo de la tarde londinense por la alfombra verde.

Durante la ceremonia, dirigida por el actor británico Idris Elba, fanático del Arsenal, y la periodista francesa Anne-Laure Bonnet, se pudieron ver los rostros de Diego Forlán, Ronaldinho, Cafú, Ronaldo y Marco Van Basten, entre muchos otros.

La atmósfera que rodeó al evento no defraudó un año más y cientos de personas se congregaron en torno al edificio londinense para aclamar a sus ídolos. Banderas de Argentina, Brasil, cánticos para Salah y todo tipo de gritos con tal de conseguir un saludo y un autógrafo de sus ídolos.

Junto a la coronación de Modric, otros siete premios fueron entregados por el máximo organismo del fútbol mundial.

Thibaut Courtois se hizo con la condecoración a mejor portero, gracias a su actuación en el Mundial de Rusia, donde se erigió como el guante de oro del torneo y quedó por delante de Hugo Lloris y Kasper Schmeichel.

Al que sí le valió el trofeo de campeón del mundo fue a Didier Deschamps, que se alzó con el ‘The Best’ a mejor entrenador, por encima de Zinedine Zidane, ganador el año anterior, y Zlatko Dalic, técnico de Croacia.

Como mejor entrenador de fútbol femenino, Reynald Pedros se llevó el ‘The Best’, tras una espectacular temporada con el Olympique de Lyon, con el que ganó liga y Liga de Campeones.

Precisamente la máxima goleadora de esta competición, la noruega Ada Hegerberg, no ganó el ‘The Best’ como mejor jugadora, quedando por detrás de la brasileña Marta, quien ya ha vencido en este premio en seis ocasiones.

La FIFA premió a la hinchada peruana, que desplazó más de 40.000 personas al Mundial de Rusia, y le otorgó el ‘The Best’ a mejor afición.

El galardón al juego limpio recayó en las manos de holandés Lennart Thy, al tiempo que Salah no se fue con las manos vacías y se hizo con el de mejor gol, con un gol al Everton, de jugada individual, en la Premier League.

Además, la FIFA desveló durante el evento a el ‘Once Ideal’, en el que se dieron cita cinco jugadores de la liga española, además del meta David de Gea.

El Real Madrid tuvo la representación de Raphael Varane, Sergio Ramos, Marcelo y Luka Modric, mientras que el Barcelona aportó a Leo Messi, quien no estuvo presente debido a asuntos familiares.

Completaron el once fantasioso de la FIFA, David de Gea, meta español del Manchester United, N’Golo Kanté, centrocampista de la selección francesa y del Chelsea, Cristiano, del Juventus, Eden Hazard, del Chelsea y Kylian Mbappé, del Paris Saint Germain.

Modric, el chico de oro
que huyó de la guerra

Luka Modric, que, siendo niño, huyó de la guerra de los Balcanes tras el asesinato de su abuelo, se ve reconocido con premios individuales a los 33 años, en plena madurez, tras su gran temporada con el Real Madrid y Croacia, y domina el mundo del fútbol.

 Modric se coló este lunes, con el premio ‘The Best’ de la FIFA al mejor jugador del mundo, en un reino de galardones individuales reservado a Leo Messi y Cristiano Ronaldo.

 El reconocimiento del mundo del fútbol con su tercer premio este curso, tras ser reconocido como mejor jugador del Mundial por la FIFA y de la ‘Champions’ por la UEFA, eleva a los altares a un futbolista de equipo que hace jugar mejor a los que le rodean.

 Convertido en el mejor futbolista de la historia de Croacia, la vida de Modric no fue sencilla. El fútbol fue el mejor refugio para una realidad difícil de asimilar para un niño. Lejos de cualquier infancia común, la explosión de la guerra de los Balcanes atacó directamente a la humilde familia de Luka en la aldea de Zaton Obrovacki. Con 6 años, vio cómo su abuelo, con su mismo nombre y apellido, era asesinado a disparos por militantes serbios.

 Su padre se enroló en las filas croatas que batallaron por la independencia mientras el pequeño Luka escapaba del horror junto a su madre, Jasminka, y su hermana pequeña Jasmine. Y con su inseparable balón, hasta alojarse en un modesto hotel de Zadar, pasó por albergues para refugiados.

 Sus recuerdos escapan de la realidad que le tocó vivir y lo que a día de hoy tiene presente Luka fue la cantidad de niños con los que podía jugar al fútbol sin salir del hotel por el peligro que corrían.

 La mala alimentación que le dieron perjudicó a su físico y a los 10 años regresó a su hogar para dar los primeros pasos en el mundo del fútbol en la cantera del Zadar, después de haber sido rechazado por las canteras de los grandes clubes croatas por su físico endeble y sus piernas finas.

 Modric no recuerda balas, solo el balón. Y junto a él inició una lucha en la que saldría ganador. Con 16 años fue fichado por el Dinamo de Zagreb y lo primero que hizo para huir de la vida de hotel fue comprar con su primer sueldo una casa a sus padres. Valores y personalidad formada en una vida dura.

 Aún tendría que demostrar más que otros para triunfar. Dos cesiones, al Zrinjski Mostar de Bosnia-Herzegovina, donde fue mejor jugador del torneo, y al Inter Zapresic croata, en el que, tras ser nombrado jugador revelación, su carrera entraría en una velocidad de crucero que ya nadie frenaría. Se convirtió en líder del Dinamo de Zagreb durante cuatro años en los que conquistó seis títulos.

 No pasó inadvertido al radar del Tottenham, que no dudó en lanzarse a por el que se convertiría en aquel momento en el fichaje más caro de su historia (27 millones de euros).

 Cuatro cursos en los que su dimensión creció tras un inicio marcado por las lesiones. El centrocampista bajito y veloz, que atraviesa líneas enemigas con lucidez para el pase, encontró en el estilo inglés un sitio perfecto para sus cualidades. La Eurocopa 2012 terminó de consagrarlo.

 Y se convirtió en el gran objetivo del Real Madrid, el gran deseo de Luka, que tuvo que declararse en rebeldía para salirse con la suya. Treinta millones de euros más incentivos provocaron el traspaso y la llegada del nuevo cerebro del fútbol madridista.

 Con él al mando, llegaron la Décima y tres ‘Champions’ más consecutivas en un ciclo de leyenda blanco.

 Jugador que marca época al que terminó de catapultar un Mundial 2018 en el que sólo le faltó el broche de ganar la final.

 Su familia fue el centro de su discurso. Con la que superó los momentos más duros que un niño puede vivir. El futbolista al que la guerra hizo más fuerte.

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