Tocados por la falta de vías de comunicación que no se construyen, con la excusa o quizá valida razón, de preservar la biosfera del Río Plátano y los espesos bosques de hoja ancha ahora dañados por las narco pistas, que por decenas se encuentran en la región,así como la riqueza e inigualable fauna de la su selva, los misquitos son unos 50 mil que ahora enfrentan el creciente fenómeno del narcotráfico y el crimen organizado que lleva a sus poblados por un escabroso sendero.
Al igual que los tawakhas los misquitos tienen su gastronomía, su danza, su lengua y sus ritos propios que le haces casi mágicos y misteriosos.
Proceso Digital busca entrar en su cultura para ofrecer este breve segmento que durante las fechas cristianas de la vida y pasión de Jesús brindan parte de la riqueza étnica de los pueblos hondureños:
Miskitu, más allá del mestizaje tradicional
Según estudios antropológicos, los ‘miskitu’ surgen de la mezcla con europeos y otros grupos locales. Es decir, producto de la población indígena con negro y pirata, cuya palabra encierra el significado “gente de miskut”.
En Honduras, los miskitu se ubican en la región nororiental conocida como la Moskitia, que va desde la desembocadura del Río Wanks, Coco ó Segovia hasta el Río Tinto ó Negro, principalmente en el Departamento de Gracias a Dios, en una de las áreas mejor conservadas de bosque tropical de Centro América, conformado por la Biosfera de Rió Plátano hondureña. Su mestizaje se traduce en una serie de simulaciones tradicionales enfocadas en su religión, gastronomía, lengua, danzas, bebidas y costumbres ancestrales. | ![]() |
Practican las danzas “el Zopilote”, “Ubanita” y “Tambaku”; su dieta alimenticia está constituida a base de yuca, plátano, malanga, ñame, arroz, fríjol y carne de gallina y cerdo, producto de la caza y pesca; destacan las bebidas “el guabul” y “el ulang”; embriagantes de yuca, maíz, caña de azúcar y supa (pejivalle).
Cultura y tradición milenaria del pueblo Tawahka
Se les puede ver rondando la región del Patuca Medio, en la Biosfera Tawahka Asangni, considerada la segunda reserva de bosque más grande del continente mesoamericano que comprende 233.000 hectáreas de bosque tropical lluvioso y declarada oficialmente como zona protegida por el Congreso Nacional en diciembre de 1999.
Olancho, Colón y Gracias a Dios, son los departamentos que habitan, con una poblaciónaproximada de 1,500 miembros, distribuidos en siete comunidades llenas de tradicionalismo y vivencias coloridas: Parawasito, Kosmako, Yapuwas, Parawas, Kamakasana, Krautara y Krausirpe.
La agricultura migratoria y la ganadería extensiva de las que han sido objeto en las últimas décadas, no les ha impedido guardar celosamente su cultura milenaria puesto que aun la cosecha de yuca, plátanos, arroz, cacao, maíz, frijol, pesca, caza, la elaboración de productos artesanales, de sus prendas de vestir al estilo primitivista y la cría de ganado porcino y vacuno (en menor escala) sigue siendo su “modus vivendi” así como la adoración y ritos consagrados a sus dioses y difuntos. | ![]() |
Sus representantes afirman que el aislamiento de su ubicación les ha favorecido considerablemente para preservar sus saberes, cosmovisión, lengua y lo circundante a su historia.