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Millones de mexicanos buscan una identidad para dejar de ser «invisibles»

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México – Millones de mexicanos «invisibles» nacen, viven y mueren en el anonimato por no tener una identidad oficial que les daría acceso al resto de derechos, un problema «muy serio» en el que se echa en falta una voluntad real política.
 

Es el «segundo derecho por excelencia después de la vida», explicó esta semana en una conferencia de prensa la presidenta de Be Foundation Derecho a la Identidad, Karen Mercado.

No tener un acta de nacimiento en un registro supone «no tener ningún tipo de documento de identidad, ya que (…) es el documento de identidad por excelencia», sostiene Mercado.

«No queremos que haya mexicanos invisibles», comenta a Efe el artista Kalimba Marichal, Portavoz Humanitario de esta campaña, quien denuncia que la falta de ayuda por no existir oficialmente «ya se volvió parte de su rutina cotidiana», pero que busca recordarles «que sí existen y que son muy valiosos».

Y, a partir de ahí, buscarles medicinas, seguro, educación y «la libertad de ser seres humanos y de existir y exigir», añade.

«Es increíble» que el artículo cuarto de la Constitución mexicana tenga estos derechos y no el que «da acceso a esos derechos», critica en una entrevista con Efe Karen Mercado, que pide que el derecho a la identidad sea constitucional.

En eso trabaja su ONG desde 2010: una reforma de ese artículo, que se aprobó el pasado 30 de abril en el Senado y que aún debe ser aprobada por la Cámara de Diputados.

Esa carencia de un registro y un acta de nacimiento le sucede al menos a siete millones de mexicanos según cifras oficiales de 2007.

Sin embargo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcularon que en 2010 había entre 12 y 16 millones.

«No hay una cifra exacta», admite Karen Mercado, que recuerda cómo el año pasado la primera dama mexicana habló de más de 10 millones.

Estas personas que «no existen para el Gobierno» no tienen de niños una cartilla de vacunación ni acceso a la educación o a un certificado escolar, y ya de adultos no pueden votar, obtener una licencia de conducir, recibir créditos ni acceder al seguro popular (cobertura sanitaria), entre otros casos.

«Puedo morir… y cómo saben quién soy», lamenta un señor a través del vídeo promocional de la campaña «Voz y rostro a los mexicanos invisibles».

Además, pueden ser víctimas de explotación, trata de personas, venta de órganos, adopciones ilegales y matrimonio infantil, enumera Mercado.

«Ahorita con la situación que México ha vivido durante muchos años son personas más vulnerables a ser reclutadas por el crimen organizado», añade la presidenta de Be Foundation.

Si bien admite no tener pruebas de esto, piensa que «son criminales invisibles perfectos para el crimen», tanto para cometerlo como para ser víctimas, porque si cometen un crimen no hay problema de que dejen huellas, y si les matan y entierran «no enterraron a nadie».

«Es un tema para México de seguridad nacional», advierte.

El director general de Be Foundation, Óscar Ortiz, aclara a Efe que sí hay mecanismos, procedimientos y herramientas para resolver el problema, siempre que haya interés y sensibilidad.

«En algunos casos no encontramos una voluntad política manifiesta por parte de los estados o los gobernadores», observa.

«Las barreras son múltiples», sobre todo para la «población indígena y zonas marginadas muy pobres y muy alejadas», explica.

Esas barreras son geográficas, por la dispersión de muchas comunidades y su lejanía a una oficina de registro; administrativas y burocráticas; económicas, ya que hay multas si se pasa el plazo, de seis meses a un año, y culturales, pues hay una «idea muy arraigada de que es un documento que no te sirve para nada».

Para afrontarlo, señala como posibles medidas que el registro civil se desplace a las comunidades para registrarlos, concienciación en zonas marginadas y un censo «casa por casa».

Mercado y Ortiz recuerdan que no solo es un problema que se dé en México, sino mundial, y que también hay casi dos millones de mexicanos en Estados Unidos que son «doblemente invisibles» al ser emigrantes ilegales y no tener acta de nacimiento mexicana, quienes «estarían fuera» de la reforma migratoria en caso de aprobarse.

Kalimba llama también la atención sobre todas estas personas que no existen.

O al menos «no como parte del mundo, no como parte legal, no como la sociedad que hemos creado, donde si un papel no te avala no existes». «Nos falta mucha humanidad. Y el principio de la humanidad es la existencia», sostiene.


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