Este puesto fronterizo, abierto en el muro de separación que segrega Cisjordania de los barrios de Jerusalén Este, está a esta hora tomado por las fuerzas israelíes, que han colocado bloques de hormigón y han restringido el tráfico.
Manifestaciones similares tuvieron lugar en ciudades como Nazaret, en Israel pero con mayoría árabe e incluso en la propia Jerusalén Este.
Los congregados exigen el fin de lo que consideran «el genocidio de los palestinos de Gaza», el levantamiento del bloqueo económico y el asedio militar israelí a la franja y la apertura del paso fronterizo de Rafah, que une la franja con Egipto y constituye la única puerta de salida de Gaza al mundo.
Según cifras oficiales, en Gaza cerca de 750 palestinos han muerto -en su inmensa mayoría civiles-, y más de 4.000 han resultado heridos desde que el pasado 8 de julio el gobierno israelí ordenara una ofensiva militar.
La cifra se ha triplicado desde que hace una semana las tropas israelíes emprendieron una ofensiva terrestre en la franja, en la que también han muerto 33 soldados.