Tegucigalpa – Miles de hondureños acuden este sábado al santuario de Suyapa, en Tegucigalpa, para venerar a la patrona de Honduras, el hallazgo de cuya diminuta imagen tallada en madera de cedro, hace 272 años, se conmemora este domingo.
La Virgen de Suyapa, que tiene conferido el grado de capitana de las Fuerzas Armadas de Honduras, es una estatuilla de seis centímetros de alto, que fue hallada, según apuntes históricos, por los campesinos Alejandro Colíndres y Lorenzo Martínez el 3 de febrero de 1747.
El hallazgo se produjo en la aldea El Piligüin, cuando los campesinos decidieron pernoctar en el camino porque la noche les sorprendió cuando regresaban a su hogar en la aldea Suyapa, que ahora es un barrio en el extremo oriental de Tegucigalpa.
Sara Padilla, originaria de la capital hondureña, es una de los miles de feligreses que este sábado llegó a la basílica, en su caso para agradecer «el milagro» de que su hijo pudo superar una enfermedad.
Padilla relató a Efe que su hijo padecía de asma, una enfermedad que según médicos no tiene cura, pero que la «virgencita» se lo sanó.
La virgen «me sanó el niño, él tenía asma, estuvo interno (hospitalizado), pero esa misma ocasión salió sano del hospital», subrayó la mujer, quien llegó a la basílica menor acompañada de su hijo Anthony, de 5 años.
Otra creyente, Verónica López, una indígena de la etnia lenca de 70 años, llegó este sábado desde su natal municipio de Santiago de Puringla, en la región central del país, para agradecer «los milagros» que la virgen le ha concedido.
Verónica indicó a Efe que con otros amigos y familiares salieron este sábado en unos once autobuses como parte de una excursión de más de 600 indígenas para visitar a la virgen en su basílica.
Agregó que también le pidió a la virgen de Suyapa por su salud y la de su familia, lo que también hizo Gerardo Figueroa, quien llegó este día a la basílica con su esposa y dos hijos, para estar mañana en el día de la patrona de Honduras.
«Venimos agradecerle a la virgen, hemos recibido muchos favores de ella, le debemos mucho», dijo a Efe Figueroa, quien viajó a Tegucigalpa desde el departamento de Intibucá, al occidente de Honduras.
Como cada año, miles de fieles hondureños y extranjeros acuden a la basílica menor para refrendar su fe en la Virgen de Suyapa, algunos llegan a pie, otros en bicicleta y otros más en autobuses, pero para ellos no importa la distancia ni las inclemencias del tiempo para visitar la casa de la diminuta imagen.
Desde el domingo pasado no ha parado las peregrinaciones de creyentes de todo el país, muchos de los cuales se han apostado en campamentos levantados por organizaciones de socorro en los predios de la basílica menor, donde este domingo se oficiará una misa conmemorativa de los 272 años del hallazgo de la virgen, y que fue precedida de una alborada.
Durante muchos años la imagen permaneció en una ermita en la aldea de Suyapa, pero después se le trasladó a un santuario cuya construcción, a pocos metros del primer templo, comenzó hace más de 50 años y en 2015 fue elevado a la categoría de basílica menor por El Vaticano.