En su despacho, con decenas de cámaras fotográficas y televisivas, en compañía de sus cercanos colaboradores y de una prensa que también parece divertirse sin cuestionar el fondo de las acciones presidenciales, Manuel Zelaya, cantó rancheras y hasta aprovechó para mandar mensajes a los empresarios locales, al mejor estilo de los populares corridos mexicanos.
El gobernante cantó la popular ranchera “No me amenaces” del compositor José Alfredo Jiménez, uno de los inmortales de la música mexicana quien pese a ser un iletrado estremeció a las masas aztecas y latinoamericanas de tierra adentro.
“Esta canción se la dedico a Amilcar Bulnes” dijo el mandatario, en referencia a uno de los máximos dirigentes empresariales. Posteriormente señaló que la ley del salario mínimo es un tema que hay que cumplir sin discusión.
“Me equivoque contigo” fue otra de las rancheras dedicadas por “Mel” Zelaya a los empresarios para indicarles su invariable posición y manifestarles que espera propuestas de parte de ellos para desarrollar Honduras.
No faltó el comentario de un corresponsal de prensa que comentara que la canción “Me equivoque contigo” también puede interpretarse como una dedicatoria de los hondureños a su presidente.