spot_img

Merkel, un año entre la cuenta atrás y el complejo relevo en el poder

Compatir:

Berlín.- La gran coalición alemana -la «Groko»- cumplió este jueves un año, marcada por la pregunta de hasta cuándo permanecerá al frente de la potencia europea la canciller Angela Merkel, determinada a culminar una retirada ordenada del poder.

El 14 de marzo de 2018, tras seis meses de férrea negociación en busca de una mayoría, Merkel abrió su cuarto mandato con los votos de bloque conservador y del Partido Socialdemócrata (SPD), resignado a reeditar una alianza de gobierno que inicialmente no deseó.

Los comicios generales de 2017 habían dejado a conservadores y socialdemócratas bajo mínimos históricos y erigido en tercera fuerza a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), descartada como aliado por el resto del espectro parlamentario.

Merkel logró la reelección con una mayoría sólida, aunque se le escaparon 35 votos de la bancada gubernamental, reveladoras de las heridas dejadas por un pacto de coalición que incluyó algunos «regalos» al SPD -como la cartera de Finanzas-.

«No es para ir de fiesta. Pero sí hay motivos para celebrar», afirmó la líder del SPD, Andrea Nahles, al hacer balance del primer año de la gran coalición, pese a la desoladora situación de su partido, que no logra detener su caída en intención de voto.

«La pregunta ¿hasta cuándo? acompaña a Angela Merkel como una mosca molesta», escribe este jueves el columnista Nico Fried en «Süddeutsche Zeitung», diario de referencia de la prensa seria, dos días después de que el tabloide «Bild» planteara esa cuestión.

La actual gran coalición es la tercera que lidera Merkel -gobernó bajo esta fórmula de 2005 a 2009 y de 2013 a 2017-, lo que acentúa la percepción de que se ha abusado de una alianza a la que solo debería recurrirse cuando no queda otro remedio.

Merkel, con 64 años y más de 13 en el cargo, empezó a organizar un relevo ordenado el pasado octubre tras nuevas y dolorosas caídas de electorado en comicios regionales, al anunciar con no buscaría la reelección como líder conservadora ni como canciller.

Lo primero se materializó el pasado diciembre en el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que presidía desde 2000, que eligió para su sucesión a Annegrett Kramp-Karrenbauer, apodada AKK y teóricamente leal a la línea de Merkel.

Para lo segundo, la fecha límite es 2021, fin regular de la legislatura, aunque desde el ala más conservadora de la CDU -la llamada «Werteunion»- se alzaron ya las voces pidiendo un relevo «a ser posible, pronto», a favor de AKK en la Cancillería.

La cuestión no es tan sencilla, puesto que con AKK defiende posturas más conservadoras que Merkel, a la que a menudo se ha reprochado haber «socialdemocratizado» a la CDU.

El partido ha dado con AKK un giro derechista que ha contribuido a calmar las aguas con su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), pero que harían difícil otra alianza con el SPD o pasar a una coalición con los Verdes, formación emergente en el panorama alemán.

La impaciencia se hace palpable asimismo en el ámbito económico, como mostraba el balance difundido también estos días por Federación de la Industria Alemana (BDI), cuyo presidente, Dieter Kempf, hablaba de una «insatisfacción masiva» en el ámbito empresarial por el trabajo de la gran coalición.

La economía alemana ha perdido fuelle -el producto interior bruto (PIB) creció en 2018 un 1,4 %, tras el 2,2 % del año anterior- y tras la solidez del mercado laboral -con un 5,3 % de media nacional, en enero- se esconde una fuerte precarización del trabajo.

Los alemanes se han «cansado» de la «Groko», aseveraba este jueves «Bild», de acuerdo con un sondeo según el cual un 61,6 % de los alemanes están insatisfechos con el actual gobierno.

La encuesta de este tabloide -cada vez más decantado hacia el populismo de derechas- contrasta con la difundida unos días atrás por el instituto demoscópico Forsa, según la cual un 67% de los alemanes quieren que Merkel agote la actual legislatura.

La expresión «Merkel-Dämmerung» -«ocaso de Merkel»- es término acuñado en los medios alemanes desde hace ya bastante tiempo, aunque la propia canciller se encargó de desarmarlo puntualmente con su imbatibilidad en las urnas.

Iniciada ya su retirada gradual, Merkel dejó claro que sigue muy en activa en la última Conferencia de Seguridad de Múnich, en febrero, donde dio una lección magistral de multilateralismo en el que fue, según opinión coincidente entre los medios del país, el mejor discurso de su vida. 

spot_img
spot_img

Más noticias

spot_img
spot_imgspot_img