Además de eso, el jefe de gobierno ratificó la dirección izquierdista de su gobierno al nombrar a la presidenta del Partido Liberal, Patricia Isabel Rodas, como nueva secretaria de estado en el despacho de Relaciones Exteriores.
Tales tesis jurídicas fueron formuladas por los jurisconsultos Raúl Pineda Alvarado y Enrique Ortez Colindrés, este último ex embajador de Honduras en Francia y ex asesor del presidente Manuel Zelaya hasta hace poco.
En un hecho que causó sorpresa, el martes de esta semana Zelaya designó a Rodas como nueva canciller la República en sustitución de Edmundo Orellana que pasa a ocupar la cartera de Defensa y a Arístides Mejía en el cargo de comisionado presidencial con funciones de vicepresidente.
Para los analistas políticos, esos nombramientos vuelven a dejar en evidencia la improvisación con la que el jefe de gobierno maneja la nación.
“El acto efectuado por el Presidente (en lo referente al nombramiento de Mejía) no está contemplado en las 45 atribuciones que la Constitución que le confiere al presidente de la República. Por otra parte el cargo ya no existe dentro modelo constitucionalista de Honduras”, dijo el abogado Pineda Alvarado.
Este cargo se elige de manera directa por el pueblo dentro de un ejercicio político electoral de primer grado, por tanto el Presidente no tiene la facultad de nombrar a su vicepresidente, aunque lo haga de forma enmascarada o encubierta bajo el nombre de comisionado presidencial.
Explicó que el cargo de vicepresidente ya no existe porque la sentencia de la Corte Suprema de Justicia hizo desaparecer la figura al declarar inconstitucionales las reformas a los artículos 239 y 240 constitucionales que se referían precisamente a ese puesto e hizo volver las figuras de los tres designados presidenciales.
Indicó que en ese momento, el Congreso Nacional bien pudo haber electo un vicepresidente para completar el periodo y evitar esta manera la laguna jurídica legal que se dio con la renuncia del vicepresidente Elvin Ernesto Santos, que es un caso atípico que la Constitución no contempla de forma clara y detallada.
“La representación del pueblo la tiene el Congreso de la República y no el Presidente y si ya había un mandato popular de un vicepresidente, para solventar la problemática administrativa que se da cuando el presidente abandona el país, es al congreso que le corresponde hacer este tipo de nombramiento”, acotó.
A juicio del jurista, es inadmisible e ilegal que, sin tener las facultades legales para ello, Zelaya haya nombrado un comisionado presidencial con funciones de vicepresidente para que lo represente en sus ausencias temporales fuera y dentro del país.
Ilustró que cuando hay una ausencia absoluta del titular del Ejecutivo le corresponde al presidente del Congreso Nacional ocupar la primera magistratura de la nación o en su defecto a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia.
Desde su visión y su experiencia legal, Pineda Alvarado concluye que la acción del presidente Manuel Zelaya linda con lo que se llama suplantación de la voluntad popular, ya que de existir todavía el cargo de vicepresidente solo una elección directa efectuada por el pueblo hondureño puede hacer este tipo designación.
Asimismo, cuando, como en este caso, no se da el mecanismo de una elección popular, corresponde al Congreso Nacional, hacer la designación del vicepresidente para complementar el periodo que le faltaba a Elvin Santos para concluir su periodo, como máximo representante de la soberanía popular.
“De ninguna manera el presidente de la República tiene facultades, conforme al artículo 245 constitucional, para hacer el nombramiento de un vicepresidente, es decir, no tiene ninguna validez y los actos que efectué este funcionario en el orden administrativo, son de naturaleza absolutamente nula porque no ofrece ninguna seguridad jurídica”, anotó.
Corte izquierdista
Con respecto a la designación de la presidenta del Partido Liberal como nueva canciller de la República, el doctor en derecho internacional, Enrique Ortez Colindrez, indicó que Patricia Rodas deberá renunciar de la dirección de ese instituto político porque sería incompatible con el relevante cargo que ahora le tocará desempeñar.
“Tiene que haber una sustitución del Partido Liberal para llenar el vacío de la dirigencia y más en este año que estamos en plena campaña política”, apuntó Ortez Colíndres, quien consideró que la sustitución de Rodas debe hacerla coincidentemente su hijo, Enrique Ortez Sequeira, quien se hizo acreedor a ese cargo en las pasadas elecciones internas.
Señaló que la simpatía de la ahora canciller por los sandinistas, castristas y chavistas es de todos conocido, pero sea con ella en el cargo o con otro funcionario, la política exterior la define y la delinea el presidente Manuel Zelaya, quien “va ser el causante o responsable del éxito o el fracaso de la política exterior”.
“No dudo que el presidente de la República puede escoger a quien el desee y me parece que desde el punto de vista ideológico “Mel” se pronunció clara y categórico que él no es centro izquierda, sino que para que las cosas quedarán muy claras y que era una persona definida se decantó por una persona de izquierda y Patricia no es una persona de centro ni derecha, sino que tiene convicciones concretas”, señaló.
Señaló que con estas y otras medidas adoptadas en los últimos días está quedando claro el vuelco populista del gobierno de Zelaya.
Expresó que el grupo que acompaña al presidente Zelaya es bien definido, es decir, son personas de izquierda que “anduvieron poniendo bombas durante la época de la guerra fría, tan es así que las están indemnizando en este gobierno porque consideran que se les violaron sus derechos humanos”.
“Ahora estamos absolutamente claros que vamos a un gobierno de izquierda y a mí no me asustan las izquierdas ni las derechas, sino la situación del país”, concluyó.