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Maya Selva: 25 años desafiando con calidad los estereotipos en el negocio del tabaco

Tegucigalpa – El atrevido esfuerzo iniciado 25 años atrás, por una intrépida mujer, logró colocar el puro hondureño, en un mercado en el cual, la preferencia del mercado europeo y particularmente del francés, estaba controlado por los tradicionales habanos.

Si hay algo que todos reconocen en Maya Selva, -una ingeniera de madre francesa y padre hondureño, formada en la Ecole Internationale des Sciences du Traitement de l’Information- Schoolof Engineering(EISTI), con una maestría en Ciencias, en Estados Unidos- es el esfuerzo por romper la hegemonía masculina en el mundo del tabaco, con un producto apreciado y calificado entre los mejores.

En 2018, la Revista L’Amateur de Cigare, otorgó a la marca Flor de Selva, el prestigiado premio Coup de Chapeau, por introducir al público francés, el sabor del tabaco hondureño a un espacio en el cual, el único puro que se valoraba era el cubano.

Ese no ha sido el único reconocimiento; desde 1998, Maya Selva Cigars ha recibido numerosas e importantes distinciones, en diferentes categorías. Solo en el 2019 los aficionados a nivel mundial, concedieron a la Colección Maduro de la marca Flor de Selva, el título Cigar of the Year por la Revista Tobacco Business; la Colección Reserva de la marca Villa Zamorano recibió también el premio Best Value por la Revista Cigar Journal.

Sus tres marcas tienen una producción anual de casi 2.5 millones de puros que en el mercado francés, representan una cuota del 8 % del consumo de puros premium. Además, la manufactura de estos, genera un centenar de empleos directos y unos 300 indirectos.

Los puros elaborados totalmente a mano, a partir de hojas enteras, hoy se venden en 30 países y son el símbolo del temple, perseverancia y creatividad, de una mujer que con pasión y calidad, derribó las barreras de los estereotipos de género en el mundo de los negocios y del tabaco en particular.

Tenacidad y pasión

El anhelado posicionamiento de sus marcas Flor de Selva, Villa Zamorano y Cumpay en el mercado del tabaco, no es cosa de suerte. A sus 16 años, Maya Selva se trasladó de Honduras a Francia, para continuar con su formación académica, y una vez concluida, regresó en 1995, ávida por conectarse con experiencias relacionadas especialmente con el tabaco.

Por más de un año, se instaló en Danlí y se involucró de lleno en todo el proceso que implica la elaboración de puros, desde la germinación de las semillas en el vivero, la siembra, la recolección hoja por hoja y la selección por niveles, técnicas de secado, fermentación, el procesamiento, la composición exacta de la mezcla, y el enrollado.

Este detallado conocimiento y su encuentro con el reconocido productor de tabaco, Néstor Plasencia, que se convirtió en su mentor, sellaron su decisión. Después de fumar cientos de hojas, por separado y combinadas, en 1995, Maya Selva debutó en el mercado francés con su primera caja de puros, Flor de Selva, que se ha convertido en un clásico entre los fumadores más exigentes.

En 1999, Maya lanzó su segunda marca, Cumpay, producidos en Nicaragua, y en 2002 amplía su línea con Villa Zamorano, que al igual que Flor de Selva, llevan el sutil olor amaderado y equilibrado del cedro y frutos secos de las tierras de El Paraíso, Danlí, al oriente de Honduras, combinados con la elegancia y el carácter de su creadora.

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