Madrid- El sociólogo y experto en pobreza Matthew Desmond cree que si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saca adelante sus planes de recortes presupuestarios, la vida de los estadounidenses más pobres «será mucho más difícil», ya que pondrá en riesgo programas vitales para aquellos con rentas más bajas.
En conversación con EFE desde Princeton (EE. UU.), Desmond considera que hay una «profunda inmoralidad, de proporciones bíblicas» en la decisión de la administración Trump de recortar –en nombre de la eficiencia y la restricción– aquellos «programas vitales que se ha probado que salvan vidas y luchan contra la pobreza».
Uno de los ejemplos es el programa Medicaid, que da cobertura sanitaria y de cuidados a más de 80 millones de estadounidenses de bajos recursos, que podrían ver cómo su seguro médico se reduce e incluso desaparece en caso de que el gobierno Trump aplique las restricciones que tiene en mente.
Cuenta Desmond que Medicaid es el seguro médico de ocho de cada diez niños pobres, financia el 40 % de los nacimientos en EE. UU., y cubre a la gran mayoría de estadounidenses en residencias y a casi todos los menores con necesidades especiales.
Por tanto, cualquier recorte que impacte a este programa «va a afectar a la clase trabajadora, a los mayores, a los niños con discapacidades, a los pobres. ¿Para qué? No es sólo para hacer que el gobierno sea más eficiente: es para financiar los recortes fiscales (a los ricos)», sentencia el experto.
Desmond, autor de ‘Pobreza. Made in the USA’ (Capitán Swing), clama que Estados Unidos gasta más dinero en mantener ventajas fiscales a las clases altas que en inversiones a la población de bajos ingresos, y explica que su libro «intenta argumentar que muchos de nosotros toleramos la pobreza porque nos beneficiamos de ella».
«Una de las razones por las que la pobreza persiste en Estados Unidos es que hacemos más para preservar las fortunas que para luchar contra la pobreza», advierte.
A pesar de que la población con privilegios se ha «acostumbrado» a esta situación de «desequilibrio», tiene la sensación de que la percepción está cambiando, y espera que su libro, una investigación profunda sobre las «causas fundamentales» de la pobreza, sirva para cambiar el foco y actuar.
«Aprovecharse del dolor ajeno es algo que nos beneficia y a la vez nos corrompe, y creo que cada vez hay más gente que se da cuenta de eso», dice el sociólogo, que añade que «entender las causas fundamentales de la pobreza», y especialmente tener consciencia de los porqués de su existencia y las razones de su persistencia, «es algo difícil de digerir». EFE/ir